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Roverismo hacia el éxito. Escollo 1.

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ESCOLLO NÚMERO UNO

APUESTAS

La parte obscura de este escollo es la ociosidad y las apuestas en la carreras, en el fútbol y en las luchas.

La buena parte es el gozo sano del verdadero deporte, de las aficiones y de ganarse la vida.

Deportes y falsos deportes

Caballos, su lado bueno y su lado malo.

La lucha es un deporte, el boxeo por dinero es un sacadero de dinero, El fútbol es un gran juego para los jugadores, pero malo para los espectadores.

La sacadera de dinero está matando al verdadero deporte.

Ayudado por los anuncios de prensa.

El daño de las apuestas.

Jugar el juego es mejor que apostar en el juego.

Lo que se puede hacer en cambio.

No estar de ocioso.

Aficionarse al verdadero deporte.

Tener aficiones.

Trabajar para vivir en vez de fiarse en la suerte.

Escoger bien la profesión.

Aprender a tener responsabilidad.

Ser ahorrativo en las buenas épocas.

Servir al prójimo y extraer de este servicio toda la felicidad que se desee.

Sentido comun.

Sonreir siempre.

Libros útiles que leer.

Mis caballos - camaradas míos

Dick no era malo en el fondo. Era un gran amigo mío y le enseñé multitud de tretas. La primera, debería estarse quieto por horas si le daba yo la orden de permanecer en un lugar En una ocasión, en la frontera noroeste de la India esto me fue muy útil. Uno de los caballos de mi escuadrón se había escapado del campamento durante la noche y había desaparecido. Este caballo, A44, era uno de mejores del regimiento y lo montaba el Sargento Mayor, por tal motivo, todo el mundo estaba apurado por su desaparición, especialmente el coronel.

Procedí a buscarlo montando a Dick. Había estado estado lloviendo y nevando durante toda la noche; esto me permitió encontrar pronto sus huellas, las que seguí unas veces entre el lodo y otras entre la nieve. Éstas me condujeron a un terreno silvestre en las montañas, algunes veces rocoso, donde las huellas eran difíciles de observar.

Después de horas de trabajo, y después de haber recorrido algunos kilómetros de terreno, las huellas me condujeron a una montaña donde me era más fácil ir a pie. Por tanto, me desmonté y di orden a Dick de esperarme allí, continuando arrastrándome por entre rocas y barrancos hasta que fui recompensado con el encuentro del viejo A44 temblando de frío, sangrando por muchas cortadas y lleno de terror. Me tomó algún tiempo poderlo conducir montaña abajo; pero cuando por fin llegamos a terreno plano, ahí estaba Dick aguardándonos calmadamente y pronto pude volver en él a casa llevando triunfante mi presa. El pobre A44 nunca se repuso, jamás llegó a ser el mismo caballo de antes y por fin una fiebre maligna lo mató. Pero el coronel quedó muy contento con lo que Dick y yo habíamos hecho de encontrarlo y esto fue una gran fortuna para mí más tarde.

Fue de la siguiente manera:

Dick era mi "consentido", esto es, aún cuando era de mi propiedad, no se me permitía usarlo para otras cosas que no fueran una parada o un paseo ordinario por los alrededores. No podía usarlo para tiro o en caceria.

Pues bien, un día que yo lo montaba cerca de nuestro campamento, vi un precioso puerco espín que cruzaba mi camino. Esto era demasiado para mí. Ordené a mi asistente indio que me diera mi lanza, y me avalancé con Dick sobre él para tratar de cazarlo, olvidándome de las órdenes. Después de un buen galope llegamos cerca de él, me preparé para tirarle la lanza, cuando Dick se detuvo en seco parándose de manos. Por poco me saca de la silla al hacer esto. La causa fue que, entre otras cosas, yo le había enseñado a que, cuando yo hiciera una reverencia a alguna persona, él debía de pararse de manos y patear al aire.

Por tanto, cuando yo me agaché para herir al puerco espín. Dick pensó que yo hacía un saludo y por lo mismo él hizo lo que estaba acostumbrado a hacer, se paró de manos.

El puerco pudo fácilmente haberse escapado mientras Dick hacía el tonto, pero era listo y se dijo a sí mismo: "Ahora es mi oportunidad para matar a estos dos", y en vez de huir, se nos avalanzó.

Al brincar sobre nosotros, yo me preparé para recibirle con mi lanza, pero como yo tenía que agacharme para hacer esto, Dick volvió a hacer su chiste y no acerté a herirle, lo que dio ocasión al puerco para hacerle a Dick con sus púas una cortada en las patas traseras. Afortunadamente sin darle en la panza. Por segunda vez volvió a la carga, pero cuando él se echó sobre nosotros de nuevo, le clavé a Dick las espuelas con tal fuerza en los ijares, que lo hice saltar en el aire en vez de pararse de manos, y como el puerco pasó debajo de él, yo pude clavarle mi lanza en el lomo y matarlo.

Ahora la dificultad consistía en darle la cara al coronel y explicarle el por qué de las heridas de mi "consentido".

"Hágame usted el favor señor -le dije-, un puerco espín me atacó y tuve que defenderme". "Muy bien, todo esto está muy bien", dijo el coronel, pero ¿cómo fue que usted llevaba una lanza en la mano montando a su "consentido"? Mas déjeme usted ver, ¿no es ese el mismo caballo que le ayudó a usted a coger al A44 cuando se escapó? Sí, pues bien Joven, no use usted a su consentido cuando vaya a cacería de puerco espín."

Caballos

Amo los caballos. Tengo una lista de honor en mi cuarto de los diferentes caballos que me han acompañado en diferentes ocasiones durante mi vida.

Han sido muy buenos amigos míos, ya sea en campamento, en cacería, jugando polo o carreras. Hace hervir la sangre ver a esos espléndidos animales, los mejores de su raza, entrenados al minuto, poner todas sus facultades para ganar bajo la dirección de maestros del arte de las carreras.


Un ejemplo: hacerlo por mero deporte.

Pero como en las demás cosas, el asistir a las carreras aburre con su constante repetición, como el comer constantemente buena carne asada aburriría si no tuviéramos a la mano sal para sazonarla.

Los asistentes constantes a los hipódromos no gustarían de las carreras si no pusieran un poco de dinero en ellas. De hecho, una persona que asiste a este espectáculo sin apostar, sería visto como un excéntrico. El azar de ganar o perder dinero, y no la simple admiración a los caballos, es lo que proporciona la atracción constante.

De hecho, una parte considerable de los deportistas de carreras no se toman el trabajo de asistir a éstas, sino que hacen sus apuestas por medio del teléfono sentados confortablemente en un sillón.

Se convierten en juegos de azar si no es que en algo peor. No le hacen bien a nadie, excepto a los que conciertan las apuestas.

Las peleas se están convirtiendo en un sacadero de dinero

Al parejo del llamado deporte nacional de las carreras de caballos, está el boxeo.

Una buena competencia de box es algo digno de verse. Exhibe atletas perfectamente adiestrados que demuestran su habilidad, su valor, su resistencia, tanto en el ataque como en la defensa, basándose con apego en reglas estrictas de un juego limpio y con buen humor.

Debo confesar, sin embargo, que he gozado más en un torneo de box de los Scouts, que en otro muy anunciado entre campeones, celebrado en la Sala Alberto.

Uno fue un esfuerzo deportista real por el deporte mismo, y otro un proyecto de hacer dinero en gran escala. El de la Sala Alberto fue una exhibición en que los contricantes recibieron miles de libras por cambiarse unos cuantos golpes duros (y muchos abrazos), mientras los espectadores pagaron buenos precios por el privilegio de ver eso, y el hombre que en realidad ganó, fue el empresario. El cacareado revivir del noble arte, no es sino el despertar de algunos gananciosos que pueden sacarle dinero al público por medio de una buena campaña de anuncio. Un ejemplo histórico de lo anterior es la gran pelea efectuada en los Estados Unidos entre Dempsey y Carpentier, donde miles de personas pagaron miles de dólares por una exhibición de unos cuantos minutos que no presentó nada notable en materia de puñetazos, pero que sí le dejó una gran fortuna al promotor de esa pelea después de deducir los miles de dólares que se llevó la prensa por su campaña de anuncios.


Boxeo. Un gran ejercicio en que está siendo usado como un medio para hacer dinero.

Esto no se puede ni comparar con "los días pasados", cuando Tom Spring compitió con Jack Langan por el cinturón de la Gran Bretaña en Worcester en 1824. La pelea llegó hasta el 77o. "round" antes de que Langan fuera noqueado.

¡Algo de deporte y no mucho de sacadero de dinero!

El fútbol, un juego magnifico, pero...

El fútbol por muchos años, como el cricket y el box, fueron considerados como deportes limpios; esto aconteció antes de que se convirtieran en juegos profesionales. Como antiguo jugador de fútbol, yo amo este juego que creo que vosotros también amaréis. Vosotros y yo lo vemos como uno de los mejores juegos que hay en el mundo. Nada como este juego para proporcionar salud y fuerza, actividad y aplomo, disciplina y buen genio, pero sobre todo la gran lección que nos proporciona es la de jugar sin egoísmo, ya que el triunfo es del equipo y no de uno en lo personal.

Un magnífico juego y de gran emoción para el que lo observa; por este motivo ha caido en las garras de los que de él sacan ventaja.

Compañías son las que ahora administran los terrenos donde se juega fútbol, los compran y pagan a los jugadores, las que excitan el entusiasmo del público por medio de la prensa y las que en la taquilla ganan magníficas entradas.

En vez de jugar, nuestros muchachos son ahora absorbidos por la multitud y convertidos en espectadores. Ser simplemente espectador se convierte en algo tedioso, si no se le sazona con algo de esa sal de que ya he hablado antes, con respecto a las carreras de caballos, y así es como las apuestas se convierten en el mejor atractivo del juego.

Se pueden observar hoy día grandes multitudes formando a las puertas de los campos de juego, que no se preocupan mucho por ver el encuentro, sino más bien por saber cuáles son los progresos que se hacen en éste y las variaciones de las apuestas.

Hay otros muchos que ni siquiera se toman la molestia a las cercanías del campo sino que tranquila y confortablemente apuestan desde sus casas. ¡Y a esto le llaman deporte!


No hay que conformarse con ser espectador, hay que practicar el deporte.

LA AVIDEZ DEL DINERO ESTÁ MATANDO AL VERDADERO DEPORTE

Ahí tenemos también los juegos de baraja. Casi nadie piensa en un juego de cartas por el sólo hecho de jugarlo. Tiene que ser por dinero.

Lo mismo sucede con el golf: rápidamente se está convirtiendo en otro medio de hacer dinero y ya hay signos de que el cricket va a caer también en ese abismo.

"Las carreras profesionales y las regatas, han venido a menos, porque las personas que proporcionaban el dinero para ellas han visto que su dinero no era manejado debidamente". El periódico Cycling, comentando sobre las apuestas dice: “Ahora se encuentra en boga en cualquier competencia campestre de ciclismo con el resultado inevitable de que el deporte se ve manchado con prácticas desacreditadas."

Así pues, el futuro de nuestro deporte nacional en general está en malas condiciones.

Mas, si las apuestas proporcionan placer a la mayoría, dejémosles que se diviertan. Quizás esto les proporcione placer y distracción por el momento, pero seguramente no les dará felicidad; y por tanto no habrán gastado bien ni su tiempo ni su dinero. No se por qué, pero cuando uno se ve envuelto en asuntos de caballos la honestidad parece no tener el mismo valor que tiene en cualquier otra parte. Así es que, paneas en guardia al apostar o comprar un caballo.

Recuerdo haber comprado un caballo a un mercader honrado que me dijo exactamente cuáles eran sus defectos y cuáles sus cualidades, cuánto había pagado por él y cuánto me cargaba ahora como utilidad por el tiempo que había empleado él en amaestrarlo y perfeccionarlo.

Como tenía la mejor "rienda" que cualquier otro caballo de los que yo había conocido, aquel amaestramiento valía algo (estoy hablando del Coronel "Jabber" Chisholme que fue muerto dirigendo una batalla en Elandslaagte). Tanto fue así, que después de haberlo comprado en aquel precio y haberlo montado, me di cuenta de que valía mucho más de lo que yo había pagado por él, y para seguir el ejemplo de su vendedor, fui también honesto mandándole un cheque por el precio adicional que juzgué conveniente.

Advertencia

Quizá se diga, ¿qué más da que el deporte sea limpio o no, si uno puede sacar de él una emoción? Todo el mundo lo hace.


El verdadero y único ganancioso.

Forma parte de la naturaleza humana el apostar y va uno a cambiar esa naturaleza. ¿Hay pues que apurarse? Sé que existe una satisfacción en ganar ya sea por suerte o estudiando la forma, pero personalmente odio ver que lo que fue verdaderamente deporte se haya convertido en una empresa de hacer dinero para unos cuantos gananciosos que lo hacen a expensas de la juventud. A ésta, de manera sagaz, se le conduce al juego haciéndola creer que es muy deportista. Bajo este "camouflage" a muchos se les exprime conduciéndoles a la ruina. Como uno de aquellos que han presenciado estos chanchullos, sólo deseo hacer una advertencia los jóvenes, y es que se fijen para que nos lo hagan tontos.

Conforme se vuelve uno viejo, puede uno juzgar por sí mismo, si esa clase de distracciones son las que le convienen o alguna otra de las muchas que se le ofrecen.

Muchas personas se han hecho ricas con el juego, ya sea como corredores o prestamistas, pero nadie que yo sepa lo ha hecho apostando. es decir, siendo el juguete de corredores y prestamistas.

Muchos de los corredores que se han retirado a vivir con opulencia de lo que ellos llaman sus "utilidades", lo pudieron hacer porque comerciaron con el hecho de que la mayoría de los hombres son unos tontos.

(Esto me recuerda un discurso que pronuncié una vez "Lo que toda mujer sabe"; el tema era indicar que ellas saben que el 90% de los hombres son tontos, y el 10% restante son más tontos.)

También sucede en las carreras de menor importancia. que mucho del dinero del público sencillo va a parar a la manos de una liga formada por los conocedores del oficio entre ellos los "jockeys".

¿Qué hay de malo en apostar?

Esta es una pregunta natural. Pues bien, para principiar. aparte de que es destructora como una enfermedad del verdadero deporte, constituye una tontería para el apostador que generalmente, significa que al final de cuentas ha perdido su dinero. Muy pocos son los hombres, si es que hay alguno, que hayan podido hacer dinero a la larga, apostando. Por tanto, a menos que se sea muy rico, es peligroso jugar.

El ver a alguien ganando montones de dinero tiende a entusiasmar al que lo ve, induciéndole a probar su suerte. Parece un camino nuevo para hacerse rico fácilmente, pero con frecuencia demuestra que es el camino más rápido para empobrecerse. En la mayor parte de los casos crea en el individuo un rasgo asqueroso: Avaricia. El llamado deportista sólo desea ganar por ganar el dinero que va a quitar a otra persona. Conforme la avaricia se apodera del individuo, la honestidad lo abandona; hay muy poco de verdadero deporte en la sucia empresa de ir tras el dinero ajeno. Multitud de personas han pensado que éste era el camino más fácil para hacerse ricos y se hundieron más allá de lo que podían y añadiendo otro crimen: el tener que robar o desfalcar a sus patrones o a otros, tratando de conseguir lo necesario para pagar sus deudas recurriendo al final al suicidio como medio de evitar las consecuencias. Esta malhadada historia la ve uno repetirse una y otra vez en los periódicos, pero es una advertencia que jamás es escuchada por la alocada juventud.

He aquí un estudio de los resultados de lo que costaron las apuestas durante los 12 años anteriores a la guerra, en Londres solamente:
Suicidios e intentos de suicidio 234
Desfalcos y robos 3,234
Quiebras 530

Se estima que más de 50 millones de libras han pasado de las manos de los corredores a las de sus clientes durante 12 meses en el Reino Unido y que de esta cantidad el mayor porcentaje fue para los corredores.

El poder del anuncio

Una gran parte de culpa en el desarrollo de esta malsana costumbre corresponde a la prensa.

Un periódico puede tomar la posición que le indica la opinión pública predominante sobre líneas correctas, o siguiendo el gusto del mismo público, desviándose por caminos torcidos.

Desafortunadamente hoy en día hay más público que sigue a la prensa del que había hace unos cuantos años.

Los periódicos que dan gusto a la inclinación morbosa con la descripción de asesinatos, intrigas, horrores e indecencias, rivalizan con periódicos que anuncian el fútbol profesional, las carreras, etc., en grado exagerado, como si fueran cosas de mayor importancia que las que realmente lo son para el bienestar de la nación.

Es cierto que algunas personas, como el difunto editor de The Times, señor Wickham Steed, han señalado que los puntos de vista de los periódicos independientes deben financiarse independientemente; sin embargo, es de sentirse que para hacer esto, muchos tienen que sucumbir a las cuotas que les son ofrecidas por los promotores de las peleas y estrellas del cine para que exciten al público por medio de las noticias de prensa, haciendo resaltar a actores que, bien juzgados, no pueden considerarse sino como común y corrientes.

Pero, no hay manera de evitarlo. Las multitudes con frecuencia son tontas y no piensan o no se toman la molestia de estudiar las dos fases del asunto. Si lo hicieran, no pondrían su dinero en manos de los corredores, de los directores de encuentros de fútbol, de los financieros de las peleas profesionales que comercian con éstas y buscarían el deporte -el verdadero deporte-, por el deporte mismo, por la diversión y la salud que entraña.

Me place un buen argumento desarrollado en una película de cinematógrafo. La actuación en algunos de los dramas de éste es realmente maravillosa, sobre todo la forma en que los actores transmiten las ideas por medio de la expresión y del gesto.

Al mismo tiempo, su arte, bueno como es, no puede llegar al del actor teatral que además de esto, da alma y vida al personaje que representa apareciendo ante el público de carne y hueso y con voz y lágrimas.

Aún el cine hablado con sus voces metálicas y su música, no ha podido llevar vida real a las películas.

Sin embargo, Molly Mickboard es conocida por millones de personas por su cara bonita y su encantadora manera de actuar en la pantalla, igualmente que Charlie Chaplin por sus graciosas payasadas.

La llegada de cualquiera de ellos a una ciudad es preparada de antemano con párrafos cuidadosamente presentados por la prensa y gradualmente va creciendo la intensidad de la propaganda día a día conforme la hora de su llegada se acerca. Con anticipación se envía saludos a la nacion de donde proviene la heroína o aún su marido, y la hora y lugar de llegada se anuncian con profusión, llegando a la cúspide del anuncio cuando la multitud surge en la estación para recibirla.

No se hace esto con un actor por bueno que sea, pero si se pregunta a alguien de entre la multitud por qué lo hace, ni uno entre mil podría contestar.

Sin embargo en la misma ciudad, por la misma estación de ferrocarril llegan soldados y marinos que regresan del infierno, que han peleado por nosotros y para salvar a su país; pero a éstos se les deja pasar inadvertidos prácticamente, sin una palabra de aprecio.

No digo que el pueblo haya perdido su buen corazón y su buena voluntad, pero condeno el hecho de que con tanta facilidad los anuncios de prensa los puedan llevar a donde quieran.

El verdadero deporte

Después de leer lo anterior se me considerará un terrible enemigo del deporte. Hace algunos años las peleas de toros y perros fueron prohibidas por petición hecha al Parlamento por algunas personas. Los que se oponían más tarde confesaron que lo hicieron no tanto por la crueldad con el toro, sino porque les causaba disgusto ver que otras personas se divertían viendo este espectáculo.

Pues bien, se pensará que algo por el estilo me pasa a mí; pero no es exacto, yo gozaba con el deporte verdadero y todavía gozo con él como cualquier otra persona y quizás más que muchas otras.

Más que cualquier deporte, me gusta ver a la gente divertirse y entre más son las personas que se divierten, me siento más feliz.

Pero sucede que un buen número de personas se apartan del camino imaginando que se dedican al verdadero deporte y solamente se están dejando engañar por los traficantes que, con el nombre de deporte, arreglan espectáculos con qué llenar sus bolsillos.

No me cabe duda de que yo mismo habría perdido mucho dinero en las apuestas si lo hubiera tenido. No lo tuve ni tampoco tuve en mi cerebro suficientes matemáticas que me permitieran calcular las probabilidades que hubiera yo tenido de ganar si hubiera yo apostado.

Sin embargo "el que una vez ha sido mordido, ya es precavido". Nunca me olvidaré que cuando era niño hice una vez una apuesta en la escuela y perdí. Me temo que estoy descubriendo mi edad al decir que tal apuesta fue a un caballo llamado Pax que corría a beneficio de la ciudad y sus suburbios. Le aposté 18 peniques y me arruiné con ello, pero ahí terminó mi afición por las carreras y sus apuestas. Por otra parte, amaba las carreras de aficionados en las que conocía tanto a los caballos como a sus jinetes y más aún, cuando en la carrera tomaba parte algún caballo amaestrado y montado por mí. Esto es algo bien diferente de ser un simple espectador en una carrera de caballos desconocidos o en apostar desde casa sentado cómodamente en un sillón. Lo primero es deporte activo, no una forma pasiva de gastar el dinero.

Así también jugaba fútbol en el equipo de mi escuela y amaba el juego, y todavía gusto de presenciar un buen partido entre aficionados, pero me parece una diversión diferente el sentarse a ver a otros hombres jugar porque se les paga para ello y ver y oir a la enorme multitud de espectadores gritando con frenesí histérico amplificado principalmente de acuerdo con el mayor o menor peligro que corren sus apuestas.

¿Qué cosa es deporte? Para mí es el juego activo de un individuo y no el formar simplemente parte de los espectadores o que el juego lo practique alguno mediante una paga.

Como jugador de golf, por ejemplo, yo no emplearía un "caddy" para que me llevara los palos, quizás es que no me puedo dar el lujo de pagar las cuotas modernas; quizás sea que considero que mi lenguaje puede sorprenderle; quizás sea que le tengo miedo a la crítica de mis errores, o quizás sea que no me gusta estimular a los muchachos a qué hagan trabajos sin finalidad; pero mi objeción principal es que yo prefiero hacer las cosas por mí mismo y no que otros las hagan por mí. Me sucede lo mismo cuando acecho a un gamo o pesco un salmón, no me gusta que un vago lo haga por mí. Ni siquiera permito que otros me corten el cabello, me lo corto yo mismo, y eso haré mientras me quede algo de éste.

COMO DIVERTIRSE Y GANAR DINERO HONRADAMENTE

Vosotros diréis: "criticar el ver un deporte es muy divertido; pero...

¿Qué hará una persona de su tiempo desocupado?

¿Cómo ganará dinero?

¿Cómo ha de divertirse si no va a las carreras o al fútbol?"

Bien, es casi la solución de un acertijo el tratar de formar un programa que se adapte a todo joven ya sea rico o pobre, o de mediana posición, y que viva en la ciudad o en el campo. Que se desarrolle en invierno o en verano, a solas o en compañía, en un salón o al aire libre, de día o de noche. ¿Podríais vosotros formular tal programa?

Creo que no, pero he aquí en principio una sugerencia que puede ser útil.

El gran secreto es tener por divisa estas palabras: No haraganear.

El bogar sobre un mar calmado no tiene interés, pero el hacerlo impulsado por una suave brisa con el mar un poco alborotado y teniendo que enfrentarse a las olas una tras otra, eso ya es diferente.

Remando uno para sí en la vida, encuentra alegría al enfrentarse constantemente a una nueva ola de trabajo y actividad..

Así pues, la pregunta de qué hacer con respecto a
TIEMPO DESOCUPADO.
DINERO.
FELICIDAD.
Mi sugerencia, es dedicarse a
VERDADERO DEPORTE Y AFIClONES.
PROFESIÓN ADECUADA Y AHORRO.
SERVICIO AL PRÓJIMO

Deporte

Por verdadero deporte entiendo cualquier clase de juego o actividad que le hace a uno trabajar y que puede uno practicar por sí mismo y no simplemente verlo. Bien sé que los campos de recreo son pocos y no pueden dar acomodo a todos los individuos que desean jugar; sin embargo, hay en ellos lugar para muchos miles más de los que actualmente lo hacen: además hay muchos campos de recreo de una naturaleza diferente de los cuales, hasta ahora, se ha hecho muy poco uso. Yo podría sugerir muchos juegos con una u otra característica, y sin embargo, que no se adaptan a todo el mundo. Lo principal es que uno busque para sí mismo, el deporte que más se ajuste a las condiciones y ambiente en que uno se encuentra.

Pero si tal cosa no es posible, puedo sugerir uno que por lo menos llena las condiciones arriba señaladas y que describiré en el último capítulo sobre Roverismo.

Un verdadero deporte

Bajo el título de verdadero deporte que se adapta a todos por igual y que no es costoso, está el montanismo.

"¿Montañismo? Sí, este deporte puede practicarse en cualquier parte del mundo."

Pues bien, vosotros lo podéis practicar y yo os voy a mostrar cómo hacerlo. El subir a una montaña de 5,000 metros de altura es una hazaña gloriosa, pero no todo el tiempo estaréis en trances difíciles; las dificultades que ponen a prueba las facultades de ascensión, de las manos a los pies, sólo se presentan de vez en cuando. Si os despeñáis, ahí iréis a parar a una protundidad de 500 o 1,000 metros. Pero una caída similar la podríais encontrar tratando de ascender por una roca igualmente difícil cerca de vuestra casa en vuestra propia vecindad. Podréis obtener la misma emoción ascendiendo a una montaña pequeña en la que se requiera igual valor, la misma resistencia, la misma habilidad y la misma camaradería para ayudaros con la cuerda.


Everest. siempre ascendiendo, sin descanso.

Al mismo tiempo el montañismo es una práctica peligrosa si no se cuenta con un adiestramiento cuidadoso y un guía experimentado que le conduzca a uno.

"No es la altura de la montaña lo que cuenta, sino el pedazo difícil que hay que vencer". Esto es lo que el General Bruce, jefe de la expedición del Monte Everest me dijo al discutir las posibilidades de la ascensión de los jóvenes a las montañas de las Islas Británicas. Lo sorprendente de este deporte es que no sea más conocido y practicado. Esto principalmente se debe a que la mayoría de las personas ignora que puede efectuarse casi en cualquier parte del mundo.

Donde quiera que hay una montaña se puede conseguir un grupo de rocas, canteras o arrecifes. Todos los cuales proporcionan una espléndida práctica para un grupo de tres o cuatro montañistas que posean un cable. Ocasionalmente se oirá decir que alguna persona ha hecho una ascensión sola, como es el caso de mi pequeña excursión en los Andes descrita en páginas siguientes, pero eso es indebido. Hacerlo una vez basta para adquirir confianza en sí mismo, pero no conviene estar solo y desvalido en caso de caída o torcedura. Las ascensiones deberían, y de hecho deben hacerse por equipos, y solamente así son buenas. Cada hombre debe ser eficiente con el cable, de tal manera que pueda prestar ayuda a los demás. Esto en sí mismo, constituye una magnífica lección práctica.

El montañismo es la mejor forma posible de desarrollar físicamente los nervios, los músculos y la resistencia. Un buen ascensor de rocas no puede ser débil. Además este deporte es muy atractivo.

Exige observación, tanto por lo que respecta a la topografía del lugar como a los recursos de que hay que valerse.

Una vez acompañé a las tropas alpinistas italianas que estaban de campaña en lo alto de los Alpes. A esos hombres se les adiestra perfectamente en trabajo de montaña reclutándoseles por entero de entre los habitantes. Descubrimos al enemigo en las grandes laderas cubiertas de nieve al otro lado de la cañada a unos 800 metros de profundidad y 3 o 4 kilómetros de distancia. A los oficiales se les indicó el plan general de ataque; y se distribuyeron a intervalos en una larga fila donde se sentaron a observar las laderas y rocas opuestas. Por medio de sus anteojos las estudiaron cuidadosamente, cada uno de ellos buscando el lugar adecuado por donde su destacamento debería ascender. Y tomando nota las señales que les deberían servir de guía en su ascenso.

El seleccionar el camino que va a seguirse en la ascensión y encontrarlo conforme se asciende, es lo que da variedad e interés inagotables a este ejercicio, ayuda a obtener éxito o ser simplemente un ascensor mediano, según se sea, mas menos buen observador.

También existe un efecto moral en aprender a enfrentar a las dificultades de la vida con igual espíritu y constancia ensayando diferentes caminos, rodeando o pasando por encima de los obstáculos para llegar a la meta.

Por último está el alma, cosa curiosa, que ésta se encuentre en una ascención de rocas, sin embargo, ahí está.

Conforme meditéis saturáos profundamente de la maravillosa inspiración que aquel panorama os brinda.

Y así, cuando regreséis de nuevo a la tierra. encontraréis que sóis diferentes en cuerpo, en mente y en espiritu.

Subid en grupo, pero cuando lleguéis a una cima gloriosa que domine un vasto panorama, sentáos solos aparte y meditad, meditad siempre.


Tened una afición cualquiera que ella sea.

Las aficiones y su valor

Encuentro que el hábito de hacer uno las cosas por sí mismo, crece en uno y se extiende a todas las ramas de su oucupación cotidiana. Una regla muy eficaz es esta: "Si deseáis que una cosa se haga, hacedla vosotros mismos", y esto debe constituir para vosotros la orden del día.

Aún los pequeños quehaceres de la casa despiertan interés y enseñan multitud de cosas.

Después de un poco de práctica, ya da uno en el clavo con el martillo en vez de darse sobre el pulgar, y pronto se adquiere habilidad con los dedos tratando de arreglar la instalación eléctrica.

Cuando la primera guerra nos privó de nuestros abastecimientos de verduras y frutas, nos trajo la bendición de enseñarnos a muchos cómo cuidar un jardín y cultivar nuestros propios alimentos. El racionamiento ha causado más perjuicio a las cantinas que cualquier ley dada por el Parlamen to sobre temperancia y al mismo tiempo ha proporcionado mayor bienestar, salud y alegría, que cualesquiera leyes sobre sanidad o política. Un jardín propio constituye una gran afición para cualquier hombre, y la mejor cura de descanso que un trabajador puede tener. Para muchos constituye el primer gusto real de vida al aire libre, proporcionándoles su introducción a la materia de cómo cultivar plantas y cómo evitar plagas: constituye un estudio de la Naturaleza.

Es una inclinación de todo muchacho el tratar de hacer las cosas por propia mano, pero muchoas hombres pierden esta atracción conforme crecen. mas si conservan el gusto po esa forma natural de autoexpresión y de satisfacción del deseo natural de producir, esto se convierte en un hábito que en más de una ocasíon ha llenado una vida inútil. Un hombre con aficiones nunca dispone de tiempo para desperdiciar, nunca tiene tiempo para aburrirse y no es fácilmente llevado a otra clase de atracciones, tan anunciadas en la prensa. Las aficiones constituyen para él una salvaguardia.

Las aficiones y los trabajos manuales conducen a la destreza, ya que el hombre pone en ellas todo su pensamiento y toda su energía sobrante al tratar de ejecutar alguna obra, y no puede menos que desarrollar en forma considerable la perfección en su trabajo: y cuando el cerebro dirige las manos, la imaginación y los recursos resaltan, de ahí que una afición puede convertir al que la tiene en un inventor.

Cuando uno pasa la vista alrededor de su cuarto, de su oficina o de su taller, encuentra centenares de artículos que son el resultado de un invento hecho por algún hombre. Así pues, si uno tiene aficiones, está dentro de sus facultades el poder desarrollar algún invento que no solamente le puede ayudar monetartamente, sino que es una bendición para sus semejantes.

Con frecuencia también, por la práctica de aficiones, un hombre encuentra una que, aunque totalmente aparte de su actual profesión, pueda ser aquella para la cual la Naturaleza lo había dotado mejor y pronto le demuestra que esta nueva línea es la verdadera carrera que él debe seguir y si antes él era una cuña redonda en un agujero cuadrado, ahora el agujero se habrá convertido en redondo y la cuña ajustará con perfección.

Pero de cualquier manera con mucha frecuencia, si no generalmente, las aficiones pueden producir dinero cuando uno lo necesita y si yo no abogo por conseguir dinero por el solo hecho de tenerlo, sí reconozco ampliamente la necesidad de contar con cierta cantidad de éste que le permita a uno ser independiente y no una carga para los demas.

En un viejo libro de cacería titulado Jorrocks, se describe a cierto personaje "Joggleburv Crowdy", cuya gran afición era cortar varas en los matorrales y bosques para convertirlos en bastones. Yo también poseo esa afición entre otras muchas y aún cuando no parece ser muy emocionante, sin embargo, cuando uno la practica es lo suficientemente atractiva para llevarlo a uno kilómetro tras kilómetro tratando de conseguir una buena vara en vez de hacer la caminata aburriéndose soberanamente, y la satisfacción de conseguir una de estas ramas, enderezarla, curarla y hacer de ella un buen bastón, es en verdad grande. Hago mención de esto, solamente para demostrar cómo la más sencilla de las aficiones, una que todo el mundo puede practicar, tiene su atractivo.

Más aún; tiene un valor retributivo, y más de un muchacho conozco yo que, habiéndose aficionado por esta clase de trabajo, puede ganarse honestamente con él, buenos pesos. Pero un hombre que descubre su afición particular, puede con frecuencia obtener de ella buenas utilidades y así, en vez de tratar lo imposible, o sea hacer dinero por medio de las apuestas, puede seguir una línea segura de obtenerlo con igual atractivo. Y el dinero ganado por el esfuerzo propio, es mucho más dulce que el que se le ha sacado a algún prójimo.

Aparte de las aficiones que producen dinero, hay multitud de ellas entre las cuales se puede escoger una que se adapte más al gusto de uno.

La música, la pintura, la escultura y el drama son cosas fáciles para las personas que viven en la ciudad y no hay necesidad de andar de ocioso habiendo multitud de galerías municipales, museos, salas de concierto, etc.

Pero no es solamente la diversión pasiva que se encuentra en ellas lo que yo recomiendo, es la propia expresión activa lo que cuenta.


La afición de cortar varas en los matorrales y bosques para convertirlas en Horquetas es lo suficientemente atractiva para llevarlo a uno kilómetro tras kilómetro tratando de conseguir una buena vara, enderezarla, curarla y hacer de ella una buena Horquilla Rover.

Por expresión personal, quiero decir tales cosas como escribir poesía, tallar madera, tocar el violín, modelar en arcilla; dibujar, etc. También es interesante coleccionar estampillas, monedas, fósiles, curiosidades, insectos o cualquier otra cosa.

Los que viven en contacto con la Naturaleza en el campo, tienen al alcance de su mano el estudio de los pájaros, las plantas o los animales. Pueden dedicarse a la cría de gallinas, al cultivo de frutas, a la preparación de jamón, a la cría de conejos, a fabricar mocasines, o cualquier otra cosa que les atraiga. Hay centenares de cosas de dónde escoger y una vez que se ha encontrado una que lo atrae seguramente que le dará buen rendimiento, quizá no en efectivo, pero en satisfacciones que llenen su vida.

Profesión adecuada

Por lo que respecta al dinero, la mayor parte de nosotros tenemos necesidad de una renta asegurada que nos evite el pesar sobre otros y que nos ponga en condiciones de gozar de la vida y ayudar a que otros gocen también de ella. Por tanto, en vez de arriesgar el dinero en la suerte, tratando de quitárselo a otra persona menos afortunada, aprovechemos el tiempo en conseguir una renta segura como retribución a nuestro trabajo honesto.

Esto significa, como primer paso, prepararse para ejercer una profesión en la vida.

He dicho que no me gusta usar cadies en el golf porque eso conduce a los muchachos a tomar trabajos en los cuales sacan una retribución por el momento, pero sin oportunidades para el futuro. Trabajos que hay que dejar cuando ya se es hombre, encontrándose entonces con que no está uno preparado para ejercer una profesión. Y por tanto en muchos casos el individuo se convierte en un holgazán inútil.

Mas no es sólo el caddy el que principia mal en la vida, hay muchos muchachos a quienes se les presenta la oportunidad de un trabajo bien pagado, y sus padres les urgen para que lo tomen, olvidando fijarse en otro punto de vista o sea qué va a ser de ellos más tarde.

Muchos de esos trabajos bien retribuidos, no conducen a algo estable y dejan al muchacho desorientado justamente en el momento más importante de su vida, cuando debería comenzar a ascender los primeros peldaños de su carrera que fuese al fin su sostén,

Otro error usual, es el de que, aún cuando un joven encuentra un camino con buenas perspectivas, lo toma solamente porque parece que le gusta, sin ponerse a considerar si está realmente capacitado para él y eventualmente se encuentra, o sus patrones se encuentran, que no es la persona adecuada por lo que tiene que dejarlo y tratar de encontrar otro. Se convierte en una clavija cuadrada colocada en un agujero redondo, dando por resultado que nunca llega a establecerse.

Lo que hay que encontrar es cuál es el trabajo para el que se está más capacitado; si al principio se toma otro trabajo en el que se reciba una buena paga, siempre debe estarse con la vista fija en lo que conviene para aprovechar la oportunidad cuando se presente. Pero al mismo tiempo hay que estar precavido para no pensar que el pasto del campo vecino está más verde que el de uno.

Si se es una clavija cuadrada, hay que poner el ojo en un agujero cuadrado y tratar de conseguirlo.

Conseguid el rastro y conservaos cerca de él sin preocuparos por el resultado final de la caza. La diversión está en seguir el rastro y no en lo que se encuentra al final de él.

Cuando yo era pequeño y todavía no había encontrado mi camino, seguí esta regla: tomar lo primero que se me ofrecia y utilizarlo para conseguir algo mejor. Su pescáis un pececillo con una lombriz y con éste uno más grande, con el mas grande todavía podéis buscar otro mayor hasta conseguir uno que valga la pena.

He aquí el consejo dado a su hijo por un mercader que debía su fortuna a su propio esfuerzo: "Si se encuentra que es de valor el poder proporcionar a un semejante un abrigo de pieles para su satisfacción, eso quiere decir que se ha logrado éxito en la carrera y obtenido no sólo lo suficiente para vivir, sino que también se ha logrado poner el trabajo propio al servicio de los demás".

Y esto es lo que significa gozar de la vida.

Si deseáis seguir la sugerencia del carnicero y encontrar cualquier clase de trabajo retribuido, mientras se os presenta una oportunidad adecuada, podréis, en muchos casos, hacer algo peor que alistaros en la Real Fuerza Aérea ya que allí el servicio es por corto tiempo, está bien retribuido y es de gran interés.

Pero aún hay más en este trabajo que es realmente educativo y que si se toma con buen espíritu le da a uno los toques finales de la instrucción recibida en la escuela. Y entre tanto, se gana en carácter, en la clase de carácter que permite emprender una carrera cuando se presenta la oportunidad.

Así mismo se puede observar la vida en otros países que es la mejor manera de adquirir experiencia y hacer amigos.

Ahorro

Después de la gran guerra del catorce, nuestros críticos han dicho que nuestra nación se está hundiendo. Yo no sé qué decir; pero veo que el jefe de la escuela de la ciudad de Londres dice que los muchachos de hoy día tienen más energía que los de ayer y que mejoran de día en día. Esto por lo menos es una buena señal.

Cierto que actualmente hay más personas que ahorran dinero y menos que escupen donde quiera. No creo que estos dos puntos tengan entre sí ninguna conexión pero son sencillamente dos hechos.

En las próximas páginas sugiero que con la práctica de ia autorestricción se gana en carácter; pero también se gana otra cosa, por lo menos algunas veces: dinero. Si restringimos el uso del licor, tabaco y comida innecesaria, además de otras cosas que no nos hacen falta, se habrá ahorrado el costo de ellas, y a la larga esta suma llegará a ser algo nada despreciable.

Nunca sugiero a nadie que haga lo que yo no he hecho, y esto que estoy recomendando ahora lo he practicado yo.

Fui el séptimo en una familia de diez, mi padre era clérigo y murió cuando yo tenía tres años. Por tanto, crecí en un medio que no podría llamarse opulento y, cuando entré al ejército, tenía que vivir lo mejor que podía con mi sueldo que era muy pequeno.

Esto significaba lucha. Significaba entre otras cosas quedarme sin desayuno o sin almuerzo, no fumar, no beber y ganar lo que podía en las horas que me dejaba libre mi servicio militar, dibujando o escribiendo.

Pero trabajaba duro, y gozaba con la lucha. Y al fin triunfé. Tuve mucha suerte, pero debo añadir que mucho lo obtuve con mi esfuerzo. Lo que vulgarmente se llama suerte es en realidad la facultad de encontrar la oportunidad que a uno se le brinda, lanzarse sobre ella y atraparla. Muchas personas se sientan a esperar a que la fortuna llegue a ellas y luego se quejan de que nunca llega.

Lo curioso fue que avancé más de prisa de lo que deseaba. Mi única ambición real era el no tener que pedirle a mi familia dinero para mantenerme. Si yo podía ayudarlos en algo, tanto mejor. Amaba mi trabajo porque éste se desarrollaba entre hombres y caballos. Estaba perfectamente contento.

Pero cuando me llegaba un ascenso y era removido a un puesto superior, aún cuando la paga fuera mejor y las oportunidades grandes. no me gustaba la idea y sólo deseaba permanecer donde estaba. Me acuerdo que en una ocasion pregunté a mi coronel si podía declinar el ascenso y él riendo me dijo que era imposible; no me quedó más remedio que ascender, Seguí hacia arriba y esto en gran parte se lo debí al haber practicado el ahorro al principio.

Me quedé asombrado el otro día al revisar algunos de mis diarios primitivos sobre viajes y visitas a mis amigos; con qué religiosidad apuntaba hasta el último centavo de mis gastos, y con qué triunfo asentaba cualquier cantidad que me entraba. Podría decir con toda verdad como el que más, que es cierto el dicho "cuidad los centavos, que los pesos se cuidan solos".

Y así no solamente estaba capacitado para atender a mis necesidades, sino que también podía proporcionar consejo tomando de mí propia experiencia y conducir por el mismo camino a un buen número de mis amigos, inclusive a mi escuadrón, Como consecuencia, las utilidades de la cantina bajaron, pero subieron los balances de ahorro. Los hombres mejoraron de salud y eran más felices. Y al salir del servicio, tenían dinero en mano para poder establecerse en negocios o en la vida privada. Esto mismo podrá acontecer a vosotros que leéis esto; si no tenéis dinero, tratad de hacerlo de alguna manera; pero hacedlo. Vendrán los días malos y entonces no será justo cargar sobre los demás. Hay que pensar en esos días que muchos olvidan y sufren después las consecuencias.

Si ya tenéis algo de dinero, ésa no es razón para malgastarlo. Si tenéis que gastarlo, gastadlo en los demás y no sólo en vuestra propia diversión.

Quizás sóis ricos, pero hay una cosa que no podéis hacer, si sóis realmente lo que debéis ser, y eso es, gastar vuestro dinero en lujos mientras haya otras personas a vuestro alrededor que carecen de lo indispensable para la vida.

Mirad, cuando yo hablo de ahorro. no quiero decir tacañería. Sed tan tacaños como queráis con vosotros mismos, ahorrad en vuestros propios gastos, pero no lo que debéis gastar en los demás.


...He gozado de la caceria del puerco espín...

Por lo que toca a mí, he gozado de la vida tanto como mis amigos, cazando, jugando polo, he gozado de la cacería del puerco espín, de la caza mayor, pero nunca compré animales costosos para el deporte. los compré brutos, sin adiestramiento, a pequeño costo, y me divertí y me interesé en su adiestramiento. Hay muchas gentes que compran las cosas casi nada más por lo que cuestan. Existen también personas que se compran un nuevo abrigo inmediatamente que aparece la menor mancha o la menor señal de uso en el que tienen. Otros en cambio, cuando su ropa está usada, hacen que se las volteen y la usan por el otro lado haciéndola servir el doble de tiempo. Siempre hay manera de pasarla bien con pocos elementos y gozar tanto como si se tuviera una gran cantidad de ellos, sólo hay que saber ejercitar el ingenio y el ahorro. En verdad, hay en ello algo de aventura que atrae a un buen deportista. ¡Pobres millonarios!.

Aprovechad las oportunidades

Un hombre que perteneció a mi regimiento como soldado. recurrió a mí hace mucho tiempo quejándose de que estaba en muy mala situación. Me dijo que había servido a su país con lealtad los mejores diez años de su vida y que así era como su país agradecido lo trataba dejándolo en tan mala situación. No tenía oficio especial, pero su hermano en Canadá estaba de acuerdo en recibirlo como socio si se iba para aquel país. Pero él pensaba que no había derecho que tuviera que abandonar su país después de haberle servido y además no tenía dinero con qué hacer el viaje aunque lo deseara.

Le pregunté cuánto había ahorrado durante su servicio. Se sonrió irónicamente y dijo "no es posible ahorrar mucho corno soldado raso". Pero yo por mi experiencia sabía lo que muchos de mis soldados tenían ahorrado al dejar el servicio, teniendo un buen saldo a su favor en su cuenta de ahorros, y estuve tentado a decirle: "Tenía asegurada comida, alojamiento, vestido, calefacción, luz y agua, todo gratis, y por lo menos contaba con un chelín y medio por día para gastar. Todo esto sumaba veintisiete libras al año. Esto hubiera hecho posible oue en sus ocho años de servicio hubiera podido ahorrar 216 libras o por lo menos cien, descontando diversiones y cerveza, las que, con sus correspondientes intereses, hubieran sumado ciento cincuenta libras en ocho anos. Con eso habría podido ir al Canadá, que no es un lugar de destierro, sino una magnífica tierra de promisión". Pero aquel hombre era de los que no aprovechan las oportunidades cuando se les presentan. La moraleja de esta historia es esta: "Aprovechad el buen tiempo, no esperéis a que este vuelva a presentarse, pues a lo mejor pronto se acumulan las nubes y se desata la tormenta".

Como John Graham dijo a su hijo: "no juegues con la cuchara antes de tomar la medicina"; el aplazar una cosa sencilla, la hace después difícil, y si se aplaza una difícil, se convierte en imposible...

Dick siempre estaba aplazando las cosas. La última vez que supe de él, tenía noventa y tres años y estaba a punto de morir. Esto pasó hace diez años: y podría apostar que todavía vive

Lo importante es ahorrar desde el principio, especialmente cuando sóis jóvenes

El señor Pound escribe sobre los muchachos que trabajan, lo siguiente: Que antiguamente un trabajador gradualmente percibía mayor jornal hasta pasar de los treinta años. Ahora un joven de dieciocho años obtiene una buena paga y llega a la cúspide cuando tiene veinticinco, decreciendo su capacidad rápidamente entre los treinta y cinco y los cuarenta y cinco años. Estos muchachos ganan más cuando tienen veinte años de lo que ganaban sus padres a esa edad, pero mucho menos que éstos a los sesenta.

¿Por qué ahorrar?, pues quizás algún día vosotros podéis tener oportunidad de mejorar yéndoos al extranjero o teniendo un pequeño capital para estableceros en un negocio, pero lo que es más cierto, es que un día os casaréis y tenéis que pensar en vuestra casa y en vuestra esposa y todavía en algo más importante que muchos olvidan: los hijos.

Es realmente un egoísmo para con ellos el traerlos al mundo si no hay con qué mantenerlos.

Cómo ahorrar

La forma más sencilla es por medio de una cuenta de ahorros bancaria o postal. Cualquier empleado de un banco o de correo os podrá informar y proporcionar una libreta de ahorros, en la que se irán anotando los depósitos que hagamos; este dinero causa intereses, los que van en aumento gradualmente.

Existe otra forma de ahorro, por medio de bonos nacionales.

Otra forma es reunirse un grupo y formar una asociación de ahorros, depositando éstos mancomunadamente en una cuenta de ahorros, lo que hace que ganen desde luego sus respectivos intereses.

Conforme aumentan vuestros ahorros, los podréis invertir en acciones que os proporcionarán mayores intereses aún cuando también aumentan los riesgos.

El invertir dinero requiere cierta preparación. Por tanto, vosotros deberéis pedir consejo a alguna persona experimentada. Pero en el ahorro nacional, en los bancos de ahorro y en los bancos postales, el ahorro está asegurado y el interés también.

El carácter en la profesión

Una vez di una recomendación a una persona para un buen puesto y en ella incluí una pequeña lista de sus cualidades. Cuando volví a leerla, después de escrita, me parecía que si la persona que la había solicitado me hubiera dado una lista de las cualidades que debería tener el individuo, coincidirían más o menos con las que yo había escrito. Y es que esas cualidades eran aquellas que vosotros desearíais encontrar en un hombre. Ahora lo importante es saber si vosotros las tenéis. Si no, apuráos a conseguirlas y tendréis asegurado el empleo en la línea que vosotros consideréis que sóis más aptos. Esto es lo que yo decía de mi recomendado:

"Es capaz y activo, digno de confianza en todos sentidos, de iniciativa. Un jefe con tacto y con una risa sana. Esto último, por lo menos, vale el sueldo, pues la produce en los momentos que parecen mas difíciles y la contagia a todos a su alrededor."

Pues bien, he ahí el suficiente carácter para llevar al éxito a cualquiera que es ágil y que goza con su trabajo. "Digno de confianza" significa: sobrio, puntual, veraz, se le puede confiar dinero y secretos, y que probablemente no cometerá ni tonterías ni errores, que es leal a sus patrones tanto como a sus subordinados y que desempeñará su trabajo ya sea que se le observe o no. "De iniciativa" significa que encontrará la forma de cumplir con su deber cualesquiera que sean las dificultades que se le presenten. "Un jefe con tacto" significa que es cortés y humano, que sabe ir delante y no empujando. Y el hecho de que ría y tome las cosas con alegría, hace que los demás sigan su ejemplo. lo cual es de valor inestimable.

Responsabilidad

Un día de aquella época en que todavía era yo uno de tantos tontos y despreocupados, de repente mi coronel me llamó y me dijo que me iba a nombrar su ayudante en el mando del regimiento.

¿Ayudante?, me quedé aterrado.

El ayudante era el hombre de quien dependía en gran parte el bienestar y el bienobrar del regimiento. Magnífico trabajo, pero, ¿qué sucedería si fracasaba?

No me atrevía a afrontarlo.

Pero el coronel sencillamente me dijo que tenía confianza en mí.

Pues bien, en unos cuantos minutos yo era un hombre distinto. Ahora era un hombre sobre quien pesaba una gran responsabilidad. En vez de aquel muchacho que nada le importaba y que no tenía más meta que divertirse.

Me encontraba con una seria perspectiva enfrente y una gran visión de lo que podría hacer para bien de mis hombres y por el nombre de mi regimiento, me metí de lleno en el trabajo en cuerpo y alma y nunca volví la cara atrás. Aquella entrevista con el coronel tan corta corno fue, fue realmente el punto de partida de mi carrera.

Y desde aquella lección de responsabilidad, pude ascender todos los escalones de mayores responsabilidades, uno después de otro.

Si vosotros habéis de hacer algo en vuestra carrera, tenéis que asumir responsabilidades.

Para ser capaz de asumir una responsabilidad se necesita confianza en sí mismo, conocimiento del trabajo que se va a desempeñar y práctica en ejercer responsabilidades.

En la Armada Real a este hecho se le da gran importancia y lo ejercitan con los jóvenes. A un marinero común y corriente se le da responsabilidad en el manejo de un bote con su equipo y se le concede alabanza o vituperio de acuerdo con la forma en que lo haga.

Esto mismo sucede también en los Scouts. El Guía de Patrulla es la autoridad responsable de la eficiencia y comportamiento de sus seis Scouts y lo mismo con los Rovers (véase el capítulo final) y su Guía Rover.

Una vez que os hayáis acostumbrado practicando desde el principio, desde la niñez a asumir responsabilidades, os habréis hecho hombres. Esto fortalece el carácter y os ayuda para asumir más altos puestos en vuestra profesión.

Así también fortalece vuestra influencia para el bien con respecto a vuestros semejantes.

Imhlala-panzi

He aquí una sugerencia útil, que hace quien la ha puesto en práctica con éxito.

Viene del Mariscal Foch, uno de los más grandes generales franceses de la guerra del catorce.

Dice: "Cuando tengáis un trabajo que ejecutar, consultadlo cuidadosamente.

1o. Ved si entendéis exactamente qué es lo que tenéis que hacer y qué es lo que váis a conseguir.

2o. Entonces formulad vuestros planes de ejecución.

3o. Ved razones suficientes para vuestros planes.

4o. Haced que su ejecución embone con el material de que disponéis.

5o. Sobre todo tened la decisión, la voluntad firme, la determinación indispensable para llevarlos a feliz término."


Tendido silenciosa y cuidadosamente hay que apuntar a una empresa difícil. Nota: la sombra en el agua representa la cabeza de un hipopótamo.

El mariscal tiene razón. En mi esfera pequeña corno es, siempre he tenido la debilidad de formular planes para las icosas, aún para aquellas sin importancia y después me dedico a ejecutarlas.

De aquí el apodo que me pusieron los zulúes de "Imhlala-panzi" que literalmente significa "el hombre que se tiende en el suelo para disparar". Pero que significa aquél que tiene cuidado de dar en el blanco al cual va a tirar y le apunta con la mayor precisión posible antes de hacerlo. Es éste el unico camino seguro para el éxito. Haced de "Imhlala-panzi" vuestra divisa.

Algunas veces habrá que auenturarse para tener éxito y entonces es cuando no hay que echarse para atrás sino avanzar con los ojos bien abiertos.

Hablando de esto una vez, en compañía de otra persona estaba reconociendo las posiciones enemigas en la tierra de los Matabeles.

Durante la noche habíamos conseguido pasar sus líneas avanzadas y a la mañana siguiente nos encontramos detrás de ellas.

Mientras nos deslizábamos estudiándolas, nos topamos con un precioso león. La oportunidad era demasiado tentadora. Los dos sujetamos nuestros caballos y, sin parar mientes en el enemigo, disparamos sobre el león, haciéndolo caer.

Pero un momento más tarde ya estaba sobre sus patas con un mal humor aterrador y usando un lenguaje indescriptible. paralizados sus cuartos traseros por el disparo. No podía galopar para retirarse y se contentaba con dar vueltas sobre sí mismo husmeando y mirando en todas direcciones tratando de dar con nosotros.

No queríamos hacer más disparos de los que fueran necesarios, por miedo de atraer al enemigo sobre nosotros y también por miedo de echar a perder la piel del animal, así pues, me aventuré al cauce del río que estaba seco para acercarme lo más posible y rematarlo mientras mi amigo permanecía en el borde con su rifle apuntando al león para en caso de que éste se decidiera a atacarme.

Conforme el león me vio, se avalanzó sobre mí con sus fauces abiertas, arremangados sus labios y los ojos cerrados por el coraje. Le metí un tiro por la boca y lo liquidé.

Terminada esta parte con el consiguiente peligro de que fuésemos descubiertos, abrimos bien los ojos. Nos dimos a la tarea de desollarlo (pero si no se cuenta con guantes para hacer esto. muy pronto el cuchillo hace pedazos las manos, especialmente cuando se está de prisa y se trata de una pieza grande). Mientras uno desollaba, el otro estaba atento viendo en todas direcciones y con el presentimiento de que alguien nos observaba constantemente.

Por fortuna así lo hicimos: cuando ya habíamos conseguido desollarlo totalmente, el enemigo nos descubrió y apenas tuvimos tiempo de hacer un bulto con la piel, montar nuestros caballos y ponernos fuera de su alcance.

Cómo prepararse para una profesión

Este esquema fue ideado para un joven que va a iniciar educación en una profesión. Los puntos principales que debe considerar como metas son los puestos en el diagrama "Cómo ganarse la vida" (más adelante). Se me pidió que criticara este esquema y lo que hice fue producir otro diagrama que le servirá de II Parte:

CÓMO VIVIR LA FELICIDAD

Por medio de grandes ideales

Por medio de servicio

Estudio de la Naturaleza

El sacrificio personal en favor del prójimo

Sus maravillas

Sus bellezas Desarrollo del amor divino que hay en cada uno

La obra de Dios Creador

Con respecto a esta II Parte, las cualidades que van en letra cursiva, forman parte de lo que se denomina carácter; y es el carácter tanto como la eficacia y la habilidad que ayudan a tener éxito en la profesión. Pero yo llamaría la atención especialmente sobre la energía por un lado y a la paciencia por otro.

La energía es en parte consecuencia de una buena salud corporal, pero principalmente de genuino interés en el trabajo. Algunas personas perezosas jamás logran interesarse en su trabajo por ser éste muy limitado y siempre el mismo.


Aseguráos de que la empresa en que estáis ocupados
es una de aquellas en que por vuestra preparación previa podréis manejar.

Sería mejor para ellos el mirar a su alrededor en qué lugar del esquema caben; si vieran a lo lejos y se dieran cuenta del valor que al final pudiera tener para ellos en la práctica, fuera de las paredes de la oficina o del taller. Los mejores trabajadores como los hombres más felices, ven en su trabajo una especie de juego que entre más fervor pongan al practicarlo más agradable se torna. H. G. Wells escribía a la Conferencia de Paises de Washington diciendo: "He notado que los llamados grandes hombres no son en su corazón sino muchachos, por el ansia con que gozan de su trabajo. Trabajan porque les gusta el trabajo y así se convierte éste para ellos en un juego. El muchacho no es solamente el futuro padre del hombre sino que es un hombre que jamás desaparece."

Ralph Parlette decía con verdad: "Jugar es hacer las cosas con amor. Trabajar es tener que hacer las cosas".

En las cosas existe mucho de indispensable. Se me preguntó una vez por qué admiraba yo tanto a mi sirviente indio. La razón era muy sencilla, porque él siempre ponía a su patrón primero y a su persona después, si es que alguna vez se ocupaba de su persona, siempre estaba en su puesto listo para cualquier trabajo, callado y muy resistente. Era un tesoro. Pero en aquel país una persona como ésta no era excepcional aún cuando tal vez sí en otras partes.

Sin saberlo, era indispensable y yo puedo deciros esto: que si os hacéis indispensables a vuestros patrones no van a deshacerse de vosotros con prisa a pesar de lo que les cueste.

Otro punto que va en la lista anterior, es la de ejecutar el trabajo con rapidez.

Puede ser que esto caiga bajo el título de energía, pero se mejora mucho con la práctica. Si vosotros sóis rápidos en vuestro juego, y en vuestras acciones personales a tal punto que ésto se convierta en un hábito, vosotros seréis también rápidos en vuestro trabajo y eso contará a vuestro favor.

Como práctica ensayadlo al vestiros diariamente. No perdáis el tiempo, poned todo en su lugar y a mano, contáos el tiempo y tratad de mejorar vuestro propio récord. Otros puntos de los que se encuentran en la lista que merecen especial atención y generalmente reciben muy poco, son: aplomo y alegría. Existe otra cosa que debéis considerar como una adquisición necesaria para vuestra carrera y es: esperanza. No penséis que porque principáis muy abajo será imposible ascender. Muchos de los hombres más grandes del día comenzaron en lo más bajo de la escala. Pero como ya he dicho antes, vosotros tendréis que hacer el ascenso por vuestro propio esfuerzo. No os quedéis en el lodo porque ya hay otros ahí. Buscad las piedras que os pueden ayudar a salir de él y utilizadlas. Poned vuestro pie en el escalón más bajo y principiad a ascender.

He visto a muchas personas comenzar muy arriba en la vida, provistas de todo lo necesario para tener éxito, y que más tarde descendieron por falta de paciencia. Cuando las cosas se les pusieron en contra, inmediatamente abandonaron su empresa para ensayar algo nuevo, y una vez que se cae en el hábito de abandonar una cosa y ensayar otra distinta, ese hábito es difícil de quitar y la vida toda se convierte en una serie de fracasos y de nuevos ensayos.

Por lo que respecta a la Parte II del diagrama, la cuestión de cómo vivir, es decir cómo gozar de la vida con verdadera felicidad y no mero placer, es de igual importancia que el problema de cómo ganarse la vida y las dos partes en que lo he dividido son casi de igual importancia una con respecto a la otra: tener altos ideales y servir al prójimo. Pero creo que el servicio al prójimo es el más importante de los dos. porque también incluye un elevado ideal y es el escalón principal para obtener la felicidad.

Es por esto que volveré a tratarlo con mayor amplitud en otro capítulo.

SENTIDO COMÚN

Cuando la codicia sienta sus reales, la honestidad desaparece.

Más vale pájaro en mano que ciento volando.

Más vale un peso en la mano que dos en un billete de lotería.

Sí en vuestra profesión no os adaptáis, no paréis hasta conseguirlo.

Un asunto, como una prenda de ropa, tiene siempre dos vistas y hay que ver las dos antes de formarse una opinión.

¿Como convertir el trabajo en placer?: el placer consiste amar el trabajo.

No puede haber placer en un trabajo que se hace con fastidio (R. Parlette).

Hay que vivir de tal manera que, cuando uno muera todo el mundo lo lamente, aún el dueño de la agencia funeraria. (Mark Twain).

La felicidad consiste en adaptarse a sus medios (Artemus Ward).

La mayor parte del vicio viene de evitar la transpiración (Dr. W. J. Dawson).

Autorreverencia, conocimiento de sí mismo, control de sí mismo, he ahí tres fuerzas que conducen a una vida de poder omnímodo (Tennyson).

SONREIR SIEMPRE

El que es capaz de dominarse hasta sonreír en la mayor de sus dificultades, es el que ha llegado a poseer la sabiduría de la vida.

LIBROS ÚTILES QUE LEER

The Facts of Gambling. G. M. Hooge (Hutchinson).

Money. H. Withers (Benn’s Lihrary).

First Steps to Climbing. G. D. Abrahams (Milis & Boon).

Mountain Craft. G. W. Young (Methuen).

Normas de campamento. (Editorial Escultismo).

Introducción a las aves de América. (Editorial Escultismo).

Campamentos organizados. (Editorial Escultismtto):

Manual del Guía de Patrulla. (Editorial Escultismo).

Escalada. E. Mallafré. (Editorial Juventud).


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