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Manual de Lobatos
Especialidad de Primeros Auxilios

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CAPÍTULO OCTAVO

ESPECIALIDAD DE PRIMEROS AUXILIOS

Nota a los Jefes de Manada. Los primeros auxilios son una materia importante y difícil, porque requiere mucho cuidado, exactitud y sentido común (todos atributos nada naturales en el muchacho ordinario). La Especialidad de Ambulante es una de las más importantes entre las Insignias de los Scouts, pero es demasiado para los Lobatos. El uso apropiado del vendaje triangular (en sus diferentes formas) es muy difícil de hacer correctamente por niños pequeños de tal manera que resulte útil y el objeto de aprender estas cosas es servir a los demás. El aprendizaje de los venenos y antídotos es muy difícil y también es muy difícil conocer cómo detener las diferentes hemorragias y las formas de éstas. Los Lobatos (con sus manos pequeñas y sus brazos cortos) no pueden dar respiración artificial, y levantar cosas pesadas les puede causar daño. La prueba sencilla que se requiere para los primeros auxilios podrá sin embargo enseñar al Lobato la ayuda fácil y práctica que puede prestar en accidentes menores. De tal manera que lo que ellos ejecuten lo hagan realmente bien, sin bajar las normas de las pruebas de Ambulante para los Scouts.

Como la Cruz Roja ya significa tanto para el público, y entraña obligaciones serias, no deberá usar esta Insignia y por eso ha sido sustituida por una venda.

Cortadura en una mano

Si alguno se corta una mano es deber vuestro prestarle los Primeros Auxilios debiendo pensar en dos cosas:

a) Si la cortadura está sangrando abundantemente, es decir si la sangre sale a chorros, deberéis tratar de detener la hemorragia. Haced que el herido se siente y que levante su mano lo más que le sea posible sobre su cabeza mientras conseguís un pañuelo o un pedazo de trapo limpio (que se denomina curación) para colocarlo sobre la cortadura y sujetarlo a ella firmemente con vuestra Pañoleta de Lobato.
b) Generalmente la sangre no saldrá a chorros sino que escurrirá suavemente, dándoos tiempo para preparar la curación y limpiar la herida. Siempre que haya rasgadura de la piel o solamente un araño, hay abertura en la piel o solamente un araño, hay abertura en la piel por la cual se puede introducir la suciedad. Lo que aquí se llama suciedad no es lo que vosotros generalmente conocéis por ese nombre -lodo o polvo; significa cualquier cosa que contenga gérmenes. Los gérmenes son seres con vida, tan pequeños que no se pueden ver con los ojos, pero, que si se introducen en la cortadura, la pueden envenenar, emponzoñándola y convirtiéndola en cosa tan peligrosa, que puede acabar en la pérdida de un dedo o una mano. La peor clase de gérmenes son los que provienen de la tierra vegetal del jardín y del lodo de la calle. Estos gérmenes pueden producir una enfermedad terrible que se llama tétanos, por tanto hay que tener mucho cuidado cuando alguien se hace una cortadura atendiendo su jardín. Pero también el polvo de cualquier objeto sucio puede contener y de hecho contiene gérmenes.

Así, pues, antes de que vendéis una cortadura deberéis tratar de arrojar de ella todos los gérmenes que contenga lavándola con agua tibia, si la hay, y si no fría. Hay algunos antisépticos -que se pueden comprar en las boticas- para poner en el agua y matar los gérmenes; vosotros encontraréis algunos de ellos probablemente en el botiquín de los Scouts o vuestras madres tal vez los tengan en casa. Los más útiles tienen nombres difíciles: tintura de metafén o mertiolato. Tal vez encontraréis una botella cuya etiqueta diga untura de Yodo. Esta es muy conveniente para pequeñas cortaduras o araños porque no necesita combinarse con agua. Sólo se requiere pintar la cortadura con ella, arde un poco, pero hace que los gérmenes se mueran.

Después de lavar la herida hay necesidad de poner sobre ella algo muy limpio. La parte de adentro de un pañuelo limpio doblado es lo mejor probablemente que podéis encontrar, pero si no lo tenéis a mano un pedazo de papel limpio, de las hojas interiores de un cuaderno, o la parte de adentro de un sobre, podrá sustituirlo. Una vez cubierta la cortadura con algo por el estilo debe ponerse sobre ella alguna cosa acojinada, por ejemplo varios pañuelos o pedazos de trapo. En seguida hay que vendar con firmeza para detener la hemorragia. Tal cosa la podéis hacer con tiras de trapo o con un pañuelo grande doblado. Haced que el paciente conserve la mano levantada y colocádsela en un cabestrillo que podéis hacer con una corbata o con un pañuelo grande. Recordad que vuestra ayuda es solamente de primeros auxilios, por tanto llevaréis al herido enseguida con alguna persona que lo pueda curar en forma adecuada.

Escoriaciones

Una escoriación es un raspón en que la piel ha sido levantada y generalmente está cubierta de suciedad. Por regla general no sangra mucho. El tratamiento que debe aplicarse será el de lavar el lugar con agua tibia a la cual se le agrega un poco de mercurocromo y yodo enjuagándola bien y limpiándola después con un pedazo de gasa o con un trapo. Cuando ha sido retirada toda la suciedad, cúbrase la rozadura con un pedazo de tela limpia, y véndese firmemente; pero no tan apretado que produzca incomodidad.

Torceduras

En este caso aplicad compresas frías para mitigar el dolor y hacer desaparecer la hinchazón. Las compresas se forman empapando bien en agua fría un pedazo de tela o una toalla pequeña doblada varias veces y exprimiéndola y doblándola después para envolver con ella el tobillo. Si esto no produce alivio entonces la compresa debe ser con agua tibia. A esta clase de compresas se les denomina fomentos, y sobre ellos hay que recordar varias cosas: Échese agua hirviendo sobre el material doblado el cual deberá envolverse en una toalla para después poderse exprimir. Poned mucho cuidado en que esté bien exprimido, pues de otra manera ocasionará al paciente una escaldadura. Sacudid el fomento para que se introduzca en él el aire y aplicadlo rápidamente cuando está aún bien caliente. Cubridlo con un material impermeable (tela ahulada o algo por el estilo). Envolvedlo con algodón o franela y vendadlo. Cuando el dolor haya cedido, cesad de poner los fomentos.

La forma de vendar un tobillo torcido se explica más adelante. Habrá que aplicar el vendaje fuertemente sobre la bota en caso de necesidad y el paciente no deberá caminar ni apoyarse sobre su pie.

Vendaje triangular

Hay muchas maneras de aplicar el vendaje triangular; cuando vosotros seáis Scouts las aprenderéis, por de pronto las dos más usuales serán las únicas que se os enseñarán, y por tanto se espera que las sepáis aplicar bien.

El cabestrillo se usa para sostener el antebrazo y la mano. He aquí cómo debe ponerse: haced un vendaje triangular y colocadlo sobre el pecho del paciente de tal manera que la punta pase por debajo del codo del brazo enfermo. Una de las extremidades quedará entonces sobre el hombro bueno; la otra se llevará con un Nudo de Rizo del otro lado del cuello. En seguida dóblese la punta sobre el codo y préndase correctamente con un alfiler.

Para aplicar este vendaje triangular a un tobillo torcido dóblese éste en la forma llamada "venda ancha", esto quiere decir que se dobla la punta hasta tocar la base y después se dobla de nuevo tal como se ve en el dibujo.

Colocad el centro de esta venda abajo de la planta del pie del paciente, llevando la extremidad hacia arriba y cruzando firmemente sobre el empeine (parte de arriba del pie). Llevad la extremidad de la venda alrededor del tobillo, cruzándola por la parte de atrás y trayéndola de nuevo alrededor de éste para amarrarla enfrente con un Nudo de Rizo. Este vendaje no sirve de nada si no está bien apretado. La manera de asegurarse de que se aprieta cada vez más en vez de aflojarse después de aplicarlo, es mojarlo; pues al secarse se encogerá y comprimirá igualmente toda la parte vendada.

Hemorragias nasales

Generalmente estas hemorragias no son de consecuencias, no causan gran daño; pero puede suceder que sea difícil contenerlas, lo que significa pérdida de sangre para el paciente. El antiguo método de colocar al paciente acostado, sobre el suelo, no da buen resultado, pues lo único que se logra es que la sangre se introduzca en la garganta. La manera de contener esta hemorragia es la siguiente; siéntese al paciente en una silla colocada en una corriente de aire, y hágasele que eche la cabeza bien hacia atrás respirando únicamente por la boca. Colóquese sobre la nariz entre los ojos una esponja fría y otra en la nuca. Los pies se le pueden meter en agua caliente y también se le puede dar a chupar un pedazo de hielo.

Apagar un fuego

En caso de que la ropa de una persona haya cogido fuego, un Lobato puede ser de gran ayuda si conserva su sangre fría y sabe exactamente lo que debe hacer y lo hace rápidamente. El mejor modo de apagar las llamas es por medio de un cobertor, una alfombra, un abrigo o cualquier cosa gruesa con la que se envuelve a la persona que ha cogido fuego oprimiendo ésta contra su cuerpo y haciendo que la persona se acueste. Esto sirve para prevenir que el aire llegue hasta las llamas y por tanto éstas tengan que extinguirse. El agua, por supuesto ocupa el segundo lugar en utilidad. Si el fuego proviene de gasolina o kerosina, lo mejor para apagarlo es la arena.

Quemaduras

Una quemadura es algo sumamente doloroso como vosotros probablemente sabéis, ¿pero sabéis que el aire frío que toca la herida es lo que causa el dolor? Lo que hay que hacer, pues, es cubrir la piel quemada lo más pronto posible de tal manera que el aire no pueda estar en contacto con ella. Lo mejor para cubrirla es un pañuelo limpio o algún trapo suave y limpio empapándolo con aceite dulce, aceite de olivo o en vaselina, sobre el cual se coloca un cojín y se venda suavemente. Nunca lavéís una herida de esta clase. Recordad siempre que las quemaduras son muy dolorosas y hacen que el paciente se sienta sumamente mal, que se sienta desvanecer y no pueda permanecer de pie. Hacedlo sentar o acostar y si le da vértigo y se le pone la cara pálida con la piel fría sudorosa, envolvedlo en algo que lo caliente y dadle a beber también algo caliente mientras obtenéis la ayuda de una persona competente.

Escaldaduras

Se llama escaldadura una quemada sencilla, hecha generalmente por agua hirviendo. Tratadla lo mismo que si fuera una quemadura, pero tened sumo cuidado de no romper las ampollas que se hayan formado.

Sofocaduras

Si una persona se encuentra sofocada en forma grave, soltadle el cuello y tratad en seguida de extraerle lo que tenga en la garganta causando la sofocación, ya sea con el dedo o con el mango de una cuchara. Dos o tres golpes fuertes en la espalda con frecuencia hacen que se arroje el objeto que causa el daño. Para un hueso atorado en la garganta tragad miga de pan. Si alguien se ha tragado un objeto pequeño, por ejemplo, un botón, se le debe dar una purga de aceite de ricino Pero si el objeto es punzante como un alfiler, aguja, o un pedazo de vidrio dadle a comer pan y llamad al doctor. Si algo se le atora a una persona en la tráquea llamad inmediatamente a un médico.

PRÁCTICAS Y EXHIBICIONES

  Un buen método para hacer practicar primeros auxilios a los Lobatos, en forma de exhibición atractiva, es escribiendo una pequeña composición en la cual el tema sea de primeros auxilios.

* * *

  Por ejemplo, dos pilluelos tienen un pleito en la calle, uno de ellos ha tirado a su contrincante al suelo, haciendo que se corte la mano con el filo de la guarnición de la acera, causándole un raspón con una patada salvaje; esto último le ha ocasionado al otro chico que se tuerza el pie. Una Seisena de Lobatos aparece en escena, separan a los que riñen y les prestan los Primeros Auxilios.

* * *

  Tomasito y Margarita van al jardín zoológico con su tía (algo muy popular si se puede conseguir la ayuda necesaria); insisten los chicos en hacerle maldades al oso, al través de las barras de su jaula (una piel de oso con cabeza, debajo de la cual se mete un chico, produce un magnífico efecto). Dos Lobatos que pasan por ahí tratan de hacerles ver a aquellos niños que no deben ser crueles con los animales, pero sin éxito por lo que continúan su camino. El oso enfurecido, acaba por herir a Tomasito y Margarita y también a la tía. Una Seisena de Lobatos corre en auxilio de los heridos, lazan al oso y logran controlarlo con caricias y palabras dulces y enseguida curan a los niños que ahora se encuentran ya muy arrepentidos y vuelven en sí a la tía, que se ha privado, dándole a oler sales aromáticas.

* * *

  Otra forma de exhibición es la siguiente: Una Seisena o más se colocan de pie de frente a la audiencia. Cada Lobato tiene a sus pies una venda triangular. El Jefe de Seisena se coloca a la derecha, con su silbato en la mano, dando la siguiente orden: "¡Alerta!", "Cabestrillo", ¡Listos! (un Lobato sí y uno no, se agachan, levantan la venda y se vuelven a poner firmes). El Seisenero da un silbatazo y cada Lobato de los que tienen en la mano la venda se voltea hacia la derecha formando el cabestrillo para el Lobato que le queda junto y en cuanto acaba de hacerlo se voltean los dos de frente y se ponen de nuevo firmes. Cuando todos han terminado se hace una pausa para que la concurrencia se dé cuenta de la forma en que lo han hecho. En seguida el Seisenero da la siguiente orden: "¡Como estaban!" y los Lobatos deshacen los cabestrillos y colocan la venda a sus pies. Para el vendaje del tobillo torcido, a la orden de listo, los Lobatos que actúan de pacientes se sientan y lo demás se hace en la misma forma que para el cabestrillo.

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