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Siempre Scout
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Vereda recorrida: Home - Biblioteca - Indice
Dejando Port Said detrás de nosotros, nuestro barco navegó a lo largo del Canal de Suez, una vía de agua perfectamente derecha a través del desierto arenoso, hasta por ochenta millas, después de pasar por la ciudad de Ismailia, pasando Suez entramos al Mar Rojo.
Pasamos Suez de noche, por lo que no vimos sino sus luces.
¿Por qué es "rojo" el Mar Rojo?
Los salvavidas no son adecuados para todos
Bueno, algunas personas lo llaman así, porque las montañas de ambos lados son de piedra arenisca roja, mientras que otros se fijan en grandes manchas de espuma roja, flotando en el agua.
El Mar Rojo es siempre caliente, muy caliente, excepto cuando, en la luna azul, es frío. Y puede ser muy frío. Aunque he estado ocho veces en él, solamente una vez lo conocí como frío. Antiguamente era más caliente de lo que es hoy en día, y también es suficientemente malo. Pero en la época antigua los barcos no se movían tan rápido, y por lo tanto hacían poca brisa en las cabinas. Algunas veces el barco debía dar la vuelta y navegar en reversa con la popa por delante, para así hacer que entrara aire fresco a las cabinas.
¿Por qué es tan caliente el Mar Rojo?. Bien, porque es un largo y angosto mar (lleva cuatro días en cruzarlo) que está entre dos bastos desiertos de montañas rocosas, colocado bajo el sol tropical. Los vientos calientes soplan a través del mar y hacen que la superficie del agua esté hirviendo, por lo que puedes tener una humedad, calor húmedo, que es peor que el frío seco.
En una tarde de calma, en el Mar Rojo, de repente el silbato del barco dio una sucesión de sonidos cortos y roncos; sonidos como de cuerno, la tripulación corrió por todas partes; todos dejaron sus actividades, o saltaron de su siesta de la tarde.
¡Era una alarma de fuego!
Rápido, pero en calma, cada uno se puso el chaleco salvavidas y desfiló a los puntos señalados en la cubierta, en tres grupos: niños, mujeres y hombres. Entonces hubo un estrepitoso rumor arriba (nosotros estábamos en la cubierta B, muy cerca de la parte alta, en el bote de cubierta A). Era el ruido de los botes que bajaban, y en pocos segundos estaban dos botes colgados de sus cuerdas, frente a cada grupo de pasajeros, listos para abordarlos. Desde luego solamente era un simulacro, para estar seguros que cada uno sabría a dónde ir y qué hacer en caso de un incendio real o una colisión; pero fue muy satisfactorio saber que en tal caso no habría pánico o un desastre como aquel en América, en nuestros días.
¿Qué oportunidad tengo con un salvavidas de tal
tamaño?
Fue ciertamente muy divertido el ver cómo nos veíamos algunos de nosotros decorados con los chalecos salvavidas ¡no parecen ser cómodos para todas las figuras!
Pasamos el Mar Rojo por el angosto Estrecho de Bab-el-Mandeb, y llegamos a Aden.
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