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ARTÍCULO SEXTO

"El Scout ve en la naturaleza la obra de Dios, protege a los animales y plantas."

 

LAS HUELLAS

El Scout, joven habituado a descubrir por las huellas impresas en el camino el paso del caminante, debe habituarse a reconocer en las huellas majestuosas impresas en toda la naturaleza la existencia y la grandeza de Dios. San Agustín, el Águila de Hipona, admirando estas huellas exclamaba:

Porque son hermosas, tú eres hermoso,
Porque son buenas, tú eres bueno,
Porque son, tú eres;
Pero ni son tan hermosas,
Ni son tan buenas,
Ni son como tú,
Con quien comparadas,
Ni son hermosas,
Ni son buenas,
Ni son.

Abramos los ojos y los oídos para contemplar tanta maravilla de la naturaleza, y sentiremos en nuestro corazón el sentimiento de la Majestad Divina, y llegaremos a tener habitualmente nuestro corazón empapado en el reconocimiento de la superioridad y de la excelencia de Dios.

 

LA SONRISA DE DIOS

La contemplación de las obras maestras creadas por Aquel a quien llamó Platón "El Geómetra Divino", nos descubrirá la belleza, de la cual dijo un poeta:

Una sonrisa de su augusta frente
Vertió en sus obras la inmortal belleza.
(BECQUER RIMAS 3)

 

¡THALASSA! ¡THALASSA!

¡THALASSA! ¡THALASSA! ¡El mar! ¡El mar! Clamaban con gran entusiasmo los diez mil de Jenofonte al descubrir después de largas jornadas a través del Asia menor, la inmensidad azul, el mar. Quien por primera vez contempla el océano con sus lejanías azules en donde la vista se explaya, siente necesariamente la impresión de la belleza.

¿Quién, estando en la ribera, no ha pasado largas horas abstraído, casi olvidado del mundo, al contemplar el mar, cuyas olas, olas furiosas se precipitan contra las rocas encrespadas, bañándolas con la blancura de sus espumarajos, olas tranquilas murmuran rítmicamente a sus pies?

 

¿Y LA REGIÓN DE LAS ÁGUILAS?

Grandioso espectáculo se contempla desde la cumbre de las montañas escarpadas, nido de águilas, azules al mediodía, parduscos en el crepúsculo. Llanos inmensos, verdinegros, tapizan la baja inmensidad y a la altura de la vista se dominan las cúspides nevadas de los volcanes, a veces envueltas en cendales vaporosos, en el crepúsculo despidiendo haces deslumbradores de luz. Es la región del silencio. Profundas gargantas cubiertas de arboleda, picachos solitarios, cortando el horizonte, ríos que se despeñan formando nubes de micro gotas en las que tiembla el arco iris, troncos corpulentos, y a la orilla de la vereda, y en el hueco de las rocas, delicadas hierbecillas, flores primorosas embriagadas de perfume, ofreciéndose al beso piadoso del caminante. Allá muy lejos en las ciudades, hasta donde llegan las líneas plateadas de lejanas carreteras que surcan en mil direcciones las praderas inmensas, está el ruido, el movimiento; aquí, la quietud y el silencio.

 

LA HORA DEL OCASO

En la hora mágica del ocaso, la belleza sube de punto. El azul profundo de los cielos toma tintes de oro pálido. Sobre las crestas de las montañas bajan lentamente velos transparentes de diversas tonalidades, que recorren uno a uno todos los colores de la gama de la luz. Tras un monte, el sol se oculta y bajando majestuoso muere en un mar de oro y púrpura.

 

LA NOCHE

Se acallan los ruidos de la tierra para que levantemos los ojos al cielo y descubramos nuevas maravillas. Entre el negro profundo, cuántos millares de astros que parpadean con luces blancas, violetas, rojas, azules, verdes. Son masas colosales que rodando sobre sí mismas devoran el espacio con velocidad inimaginable.

Los grandes ecuatoriales descubren en las estrellas incendios gigantescos, verdaderas montañas deslumbradoras de color rosado, violeta, purpúreo, incendios prodigiosos que se levantan a alturas inverosímiles y se forman con velocidad de doscientos mil kilómetros por segundo; explosiones colosales, cuyas llamaradas oscilan entre cientos y millones de kilómetros de elevación, arcos triunfales, penachos de luz, auroras suspendidas en la inmensidad, levantándose sobre olas centelleantes de fuego.

Luminicentes astros, algunos alumbrados por soles, uno rojo y otro verde, gravitan sobre sus ejes, vistiéndose con los variados ropajes que le proporcionan la primavera y el estío, el otoño y el invierno; elevando sus montañas coronadas de selvas, presentando un espejo de sus lagos y océanos; y abriendo en sus polos, bajo las descargas eléctricas, los colosales abanicos de la aurora boreal que llena de visiones de gloria la óptica lejana.

Nuestro sistema planetario, con sus planetas, sus lunas conocidas, los numerosos cometas de los cuales noventa y seis han sido estudiados detenidamente con su sol, ocupando un perímetro de treinta mil millones de kilómetros, no es más que un punto del espacio.

 

NUESTRA VECINA

La estrella más próxima a la tierra es Alpha, de la constelación del Centauro. Y con ser la más vecina a nuestro planeta, hállase a una distancia que es doscientas setenta y cinco mil veces mayor que la que nos separa de nuestro sol, el cual se halla separado de nuestro planeta por el respetable espacio de ciento cuarenta y ocho millones de kilómetros. De modo que así como Alpha de Centauro es un punto para nosotros, lo es nuestro sol y todo su sistema planetario para los habitantes de aquella constelación, si los hay.

 

¿QUE ES LA TIERRA?

Aquí cabe la observación del astrónomo célebre Flamarión: ¿Qué es la tierra? Un átomo un millón de veces más pequeño que el sol. ¿Qué es el sol? Un átomo un millón de veces más pequeño que Canopus. ¿Qué es Canopus? Un átomo de nuestra conglomeración estelar. ¿Y qué es nuestro conjunto de estrellas? Un océano imperceptible en un océano sin limites. ¿Qué somos nosotros? Microbios habitantes de un grano de arena. ¿Y qué es Dios? podríamos preguntar: El Creador que con sólo una palabra de sus labios sacó de la nada tantas grandezas...

¿Y qué decir de lo infinitamente pequeño? ¿La belleza del átomo y de los insectos? ¿De las bellezas de los animales, del águila caudal que hunde su garra en el feroz picacho y bebe a raudales en sus pupilas de hito en hito la luz del sol? ¿Y qué decir de las epopeyas divinas del sacrificio y de la abnegación? ¿Y de los cuadros tiernísimos del amor materno?

 

¿Y DIOS?

Más que todas hermosuras en presencia de aquélla belleza que les ha hecho surgir de la nada.

Menos, infinitamente menos que las chispas fugaces que saltan de la fragua, serpean un segundo en el aire y luego se apagan.

¿Cómo será Dios de hermoso? El que es la belleza siempre antigua y siempre nueva; que ha podido dejar, sin empobrecerse, sus huellas en la naturaleza, vistiendo de gloria la creación entera y sirviendo de arquetipo a todas esas hermosuras que no son sino huellas, bosquejos inacabados, pálidos reflejos de su propio e increado esplendor.

 

ADMIRACIÓN

El Scout habituado a admirar tanta belleza fuera de las ciudades, en la gloria de los campos y de los montes, debe sentir habitualmente en su corazón los sentimientos de adoración y de amor hacia Dios. Todas las criaturas deben invitarlo a pensar en aquel que ha hecho todas las cosas; y deben guiarlo a admirar su poder, su bondad, su inteligencia, su amor, no siempre con palabras, pero sí con sentimientos.

 

ANIMALES Y PLANTAS

Amar las plantas y los animales, es muy fácil. Son ellos nuestros hermanos, pues todos tenernos un Padre que está en los cielos. Ellos y nosotros hemos sido creados por Él para cumplir una misión en esta Tierra, ellos pues han sido hechos para ayudarnos a nosotros y servirnos para conseguir nuestro fin. Hacer sufrir inútilmente a los animales, destruir sin razón las plantas, es desconocer la suprema finalidad de las cosas.

 

LA UTILIDAD DE LOS ANIMALES

En muchas escuelas acostumbran tener a la vista cuadros con inscripciones y rótulos para enseñanza de los discípulos. En uno se dice por ejemplo:

"Los pájaros son grandes destructores de orugas, y por lo tanto preciosos auxiliares del labrador y salvación de los árboles frutales". "Respetad los erizos, se alimentan de ratones y de orugas que destruyen las serpientes ponzoñosas". "Cuidado con los murciélagos exterminan muchos insectos dañosos". "No hacer ningún mal a los sapos, porque destruyen a muchos animalejos dañinos y son la salvación de nuestro jardín". Cuidado en no dañar a los lagartos y culebras ciegas, se alimentan de caracoles, gusanos, moscas y escarabajos.

 

LOS PÁJAROS

De ordinario un nido de pájaros, sean gorriones, pardillos y otros cualesquiera tiene de cuatro a cinco pequeñuelos que consumen diariamente unos 250 insectos o larvas; pues cada animalito necesita para sustentarse un promedio de cincuenta bichos diarios. El cebo de los pequeñuelos dura aproximadamente treinta días; se necesitan por lo tanto para cada nido sobre 7,500 orugas o insectos. Cada oruga devora al día un peso de hojas y flores igual al de su cuerpo. Suponiendo que cada oruga consuma diariamente una sola flor, en treinta días devora frutos, y 7,500 orugas devoran por lo tanto 225,000 flores en un mes.

De donde se sigue que los pájaros son los grandes amigos de los labradores. Un muchacho que desbarata un nido agota 225,000 frutos, manzanas, peras, cerezas, etc. Con todas esas cosas fácilmente puede comprenderse el gravísimo daño que ocasiona a las tierras con la matanza de pájaros tan acostumbrada.

 

LAS GOLONDRINAS

Si todos comprendiesen la utilidad de las golondrinas; alimentando a los pequeños, llevan por viaje 15 mosquitos, hacen veinte viajes en una hora, se puede aceptar por lo tanto que en aquélla época cada golondrina destruye 300 por hora y la pareja 600; y prosigue su tarea cerca de diez y seis horas al día; viene a resultar, por lo tanto, un producto de 9,600 bichos más o menos devorados por una pareja al día; en un mes 288,000 y en un verano 864,000.

 

LA DUREZA CON LOS ANIMALES CONDUCE A LA CRUELDAD CON LOS HOMBRES.

El Rey de Francia Luis XIII era en su juventud muy cruel con los animales. Un día le sorprendió su Padre el Rey Enrique IV mientras se disponía a machacar con una piedra la cabeza de un gorrión.

El Rey cogió una vara y golpeó a su hijo como lo merecía. La madre, la Reina María de Médicis llamó la atención de su esposo porque trataba al heredero de la corona francesa de manera tan afrentosa, pero el Rey le contestó: "Dios me dé la larga vida, que si un día llego a faltar, muy mal le irá a la madre con este hijo tan despiadado". Estas palabras fueron proféticas. No tardó el Rey Enrique en morir y aquel muchacho cruel con los animales subió al trono. El nuevo Rey ajustició a muchas personas y desterró a su propia madre.

La desventurada Reina por la pesadumbre de tanta ingratitud, murió poco después en Colonia.

Los hombres de crueldad natural empiezan por atormentar a los animales, a las moscas y escarabajos, tratan mal a los perros y de mayores no sienten compasión ni siquiera de los hombres.

 

LAS SOCIEDADES PROTECTORAS

Que las Sociedades Protectoras de Animales sean una noble empresa ha sido reconocido por el mismo Papa Pío X. Él envió en el año 1907 su retrato a una de esas sociedades de Nápoles con palabras de mucho aliento. Encomendó a un prelado (llamado O’ Kelly) que diera la bendición papal a la asociación napolitana y les comunicase que hacía extensivo aquel favor a todas las humildes criaturas de Dios, tan dignas de compasión. También les mandó decir que juzgaba tales asociaciones muy conforme al espíritu cristiano y de profunda utilidad para inculcar a los hombres sentimientos de conmiseración y respeto para todo lo creado.

 

LA ECOLOGÍA

En este momento vivimos las más terribles consecuencias de la destrucción de la Ecología; todo Scout tiene que hacer cuanto pueda por restaurar y evitar mayor destrucción; así que nuestro sentido común, nuestra diligencia y actitud de servicio tiene que estar dispuesta a cooperar con instituciones o campañas gubernamentales en favor de la Ecología y de una manera cortés hay que hacer sentir a las personas que nos rodean el compromiso de aliviar esta trascendente necesidad.

No olvides... ¡Pon la basura en su lugar! ¡El agua es para todos, cuídala! ¡Siembra un árbol! ¡No contamines!

 

EL HOMBRE

Máxima criatura de la creación, obra suprema dotada de inteligencia, constructor de puentes y arquitecturas colosales, estudioso del marco matemático indispensable para entender las leyes micromáticas del átomo y las macrocósmicas del universo, investigador de las reacciones químicas y estructurales de la célula, con la sensibilidad de escribir una sinfonía, una partitura para piano, o un concierto de Rock, con la habilidad de plasmar en un lienzo la más bella expresión o estupendas y formidables estampas naturales, con la capacidad de conocer el bien y el mal, dotado de lo necesario para amar y encontrar la felicidad.

Hecho a imagen y semejanza de Dios.

 

COMPROMISO

Es un compromiso haber recibido el don de la inteligencia para conducir nuestros actos al bien de la humanidad y ser felices ¿Pero qué decir de aquellos que este don lo utilizan para la destrucción del hombre por el hombre o del hermano por el hermano?, con la nefasta capacidad de aniquilar toda la creación y, ¿qué decir de nosotros mismos que con vicios destruimos nuestro propio cuerpo, por el tabaquismo, alcoholismo, drogas o desórdenes?

El Scout admira a Dios en su propia naturaleza, en su propio ser, en su propio cuerpo.

Don José Brito Alarcón. Al hablar del cuidado que hay que tener con nuestra persona dijo: Si tú ofendes al prójimo quizás si se lo pides insistentemente y lo conmueves te puede perdonar, si ofendes a tu padre, madre o hermano por naturaleza de familia, seguramente te perdonarán, si ofendes a Dios a pesar de ser tu creador, por ser tan infinitamente misericordioso te perdonará; pero lo que hagas contra tu naturaleza, tarde o temprano, lo cobra y lo pagas; porque no perdona. Nuestro cuerpo no es un objeto, es un sujeto que debe tener dignidad y merece cuidado y respeto.

"EL ESPÍRITU, EL DESEO DE GANAR Y DESEO DE SER EXCELENTE, SON LAS COSAS QUE PERDURAN". VINCE LOMBARDI.

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