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Siempre Scout
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En Colombo dijimos adiós al Orama, el barco que nos trajo todo el camino de Inglaterra a Gibraltar y Tolón, Nápoles y Port Said, y entonces por el Mar Rojo a Aden, y finalmente a Colombo en Ceilán.
El barco debía ir directamente a Freemantle en el oeste de Australia.
Pero había otro camino para llegar a Australia y éste era por Penang, el Estado Malayo, Singapur y Java, y de allí a la costa norte de Australia.
¿Qué línea hubieras escogido si tuvieras la oportunidad de elegir?
Correcto. Tú hubieras ido por Penang, ya que verías muchos países interesantes, en lugar de tener semanas en el mar abierto, y ya que hay scouts que viven en esos países, esto lo hace más interesante para mi.
Por lo que, después de ver la magnífica reunión de scouts y guías (más de cinco mil) en Colombo, y terminado nuestra deliciosa estancia con los scouts y las guías en Ceilán, nos embarcamos en otro barco de la Línea P. y O. (Peninsular and Oriental), el Corfu que se dirigía a Penang, Hong Kong y Yokohama en Japón.
Los otros pasajeros a bordo habían venido todo el camino desde Inglaterra, por lo que cuando abordamos el barco nos sentíamos un poco como niños nuevos que llegan al colegio. Pero pronto nos hicimos amigos, y como muchos de ellos pertenecían a Malasia o Shanghai o Hong Kong, tenían muchas cosas interesantes que contarnos sobre esos lugares.
Estaba cada vez más caliente ya que estábamos en el trópico (el trópico significa cualquier lugar a quince grados al norte o al sur del ecuador).
En este barco, como en todos los de la P. y O. que van al este, la tripulación está compuesta principalmente de marineros indios o "lascars" como son llamados, con el contramaestre y oficiales blancos.
A causa del calor, en la única ocasión que lo notaba era cuando me bañaba. El cuarto de baño se llenaba de vapor, y uno se debía enfriar después si pretendía vestirse, si no quería sentirse pegajoso.
Las cabinas se conservaban frías debido a un grupo de pequeños globos metálicos que había en el techo. Cada uno tenía una perforación en la parte de abajo, por la que entraba el aire frío, y los globos, ya que estaban en unas especies de portalámparas, las "bocas" se podían mover en cualquier dirección, por lo que podías tener el aire frío en cualquier lugar en el que pudieras sentarte.
En cubierta hay una gran piscina para bañarse, en la misma cubierta hay toda clase de juegos y se juega criquet, tejo, tenis de mesa, "Bull", etc.
El mar está generalmente en calma, con una suave brisa y ocasionales chubascos repentinos.
Así vivíamos una vida que transcurría fácil y en mucho perezosa, pero ¡era muy diferente cuando bajábamos a tierra!
Con las reuniones de scouts y guías, reuniones públicas y discursos, reuniones de consejo, reporteros y fotógrafos, es más de lo que se puede hacer en un día; puedes adivinar que nos era grato descansar a bordo del barco, cuando podíamos.
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Fue en una mañana triste y gris en la que las nubes colgaban bajas
en los picos altos, cuando nuestro barco se deslizó gentilmente en
el vasto puerto natural de Penag.
Solamente tres días de Ceilán, y qué cambio había allí. Pesadas barcazas de madera con velas rústicas, uno o dos juncos y los pequeños sampanes con doble mástil que pertenecen a China. Cada uno de ellos tiene ojos pintados en sus flancos, de otra manera ¿quién puede ver el barco si parte? En el muelle se pueden ver toda clase de orientales: malasios, chinos, indios y blancos, o como dice un anuncio local: "Toda raza: blanca, negra, café, amarilla y rosada". |
¡Adiós barco!, ¡adiós compañeros de viaje! y aunque tuvimos una estrecha camaradería a bordo, llamándonos por apodos, nos despedimos con un suave "Hasta luego, buena suerte", y con pocas excepciones, nunca los encontramos en esta vida.
Nuestro carro nos llevó por la ciudad de grandes y masivos edificios de escaparates, casas de oficinas con pórticos profundos y ventanas con persianas por fuera, en los suburbios en los que vive gran parte de la gente. Había unos deliciosos bungalows de dos pisos en medio de pasto verde y un magnífico jardín de flores con palmas esbeltas y árboles con sombra.
Dentro de la casa hay una sucesión de cuartos altos, sin puertas pero con un gran número de quicios (mi cuarto tiene cinco, sin contar con dos ventanas de piso a techo abiertas a un gran pórtico).
Los quicios están cerrados por unas pequeñas puertas dobles, abiertas al aire arriba y abajo. En el techo hay ventiladores eléctricos. Por lo que todo el lugar está ventilado y fresco, ya que Penang está solamente a cinco grados al norte del ecuador, y por lo tanto es muy caliente, húmedo, con calor húmedo.
Un viaje a través del país nos enseñó una continua escena de bellas plantaciones de palmas, en las que crece el coco para producir la copra, que es la carne de la nuez y que se usa para hacer aceite y jabón.
También pasamos por jardines de palmas de plátanos, con sus grandes hojas verdes y planas de las que cuelgan racimos de plátanos maduros, probablemente los estarías comiendo antes de algún tiempo.
Fue una sorpresa el llegar al campo de la reunión y ver una gran multitud de miles de espectadores, reunidos en los cuatro lados de una inmensa arena. Al sonar la llamada de los scouts, yo estaba más atónito, ya que vino una embestida de los lados de una multitud que gritaba, siempre scout, eran cientos de scouts y lobatos hasta mil cuatrocientos que formaron un semicírculo alrededor de mí, todos en línea y de repente: silencio y firmes. Fue una manifestación de buena disciplina.
Después hicieron exhibiciones en toda la arena, cada tropa hacía algo, como prender fuego, danzas, señalación, hacer puentes, hacer chozas, primeros auxilios, carreras de relevos, etc. excelentemente hecho. Los scouts eran en su mayoría malayos, chinos e indios, y todos estaban activos y con los uniformes limpios, e hicieron bien su trabajo.
Puedes adivinar lo complacido que estaba al encontrar que el Escultismo florecía tan bien en los rincones lejanos del Imperio Británico.
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