Siempre Scout

Siempre Scout
Aventura hacia la edad viril
Baden-Powell

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Hombres Valientes
Sir Francis Drake

HÉROES

Cuando empecé a dibujar, no tomé clases con un maestro. Aprendí por mí mismo, principalmente viendo los cuadros de buenos artistas, copiando sus diseños y pinturas. Así llegué a pintar lo suficientemente bien para bosquejar lo que veía, y para dibujar a Tomasito el Pie tierno y otros pequeños dibujos para la revista The Scout.

Bien, en forma semejante leí la vida de héroes de antaño y de ellos aprendí mucho de lo que uno debe saber hacer para cumplir su deber.

Los muchachos en la escuela se aburren en las clases de historia, a mí también me sucedía, hasta que me di cuenta de que si aprendía lo que otros hombres hicieron, cuando estaban en dificultades, podría saber qué hacer si alguna vez me encontraba en un caso similar. Y puedo decirles que esto me ha ayudado muchas veces y aconsejo a los Scouts a hacer lo mismo.

Lean historia para estudiar las vidas y aventuras de hombres valiosos y traten de imitarlos de la misma manera que copian a un artista en su estilo de dibujar.

Por ejemplo, he estado escribiendo en la revista The Scout mucho sobre Drake el gran marino. No repito la historia de sus aventuras sólo para divertirlos, sino para enseñarles cómo un hombre valiente y patriota enfrentó muchas dificultades y peligros con éxito.

Una y otra vez verán cómo cuando dio la cara a grandes problemas, cuando fue atacado por la fiebre, cuando sus hombres se amotinaron, cuando cruzaba mares desconocidos en barcos frágiles y con pocos alimentos, nunca permitió que el miedo lo dominará, sino que siguió adelante pensando solamente en cumplir su deber, saliendo victorioso siempre.

El capitán John Smith era mi héroe de entre las biografías que leí cuando niño. Su espíritu genial, jovial, aventurero; su astucia y paciencia; sus lances arriesgados; su caballerosidad y fe religiosa; todo esto me interpelaba de tal manera, que siempre que tenía una gran dificultad en la vida, me solía decir: ¿Cómo habría intentado esto John Smith? y así generalmente me daba una idea de cómo obrar.

Sin embargo, no necesitamos forzosamente ir a tiempos antiguos para encontrar héroes. Aún ahora hay algunos que podemos estudiar y seguir.

En sus vidas ellos siguieron, ante todo, el ejemplo de aquel gran héroe, Cristo, que dio su vida para darnos el ejemplo de estar Siempre Listos, no importando que esto nos cueste la vida, con tal de hacer el bien a los demás. Durante su vida en la tierra, Él vivió en forma semejante a como muchos de nosotros vivimos hoy en día, como uno de entre la multitud. Así en las peores dificultades sólo debes volverte a Él y pensar: ¿Qué haría Cristo en mi lugar? y al momento sabrás cómo abordar el problema.

¡Sí! Te aconsejo estudiar historia, leer la vida y aventuras de hombres honorables y la historia de Cristo. Recuerda esto y trata de obrar como lo hubieran hecho ellos en todo lo que hagas, así no te equivocarás y tal vez tú mismo llegues a ser un héroe.

SIR FRANCIS DRAKE, EL TERROR DEL CARIBE

Hace unos cuantos años navegué por el Caribe, cualquiera que haya leído sobre los piratas, sabe que el mar Caribe está en la parte norte de Sudamérica ocupada por los españoles de 1500 a 1700.

Este mar que rodea las Indias Occidentales, fue en aquel tiempo el escondite de piratas, bucaneros y corsarios y toda esa alegre chusma que acechaba los barcos españoles cargados con tesoros.

Es un trozo de mar azul centelleante en el ardiente sol, barrido por constantes brisas; salpicado de islas cuyas bahías se esconden entre las palmas; como quiera que lo veamos era un lugar ideal para los piratas y lo seguiría siendo si todavía los hubiera.

Una de las más antiguas ciudades en el Caribe es Cartagena. Se yergue altiva como desde hace cientos de años, es una ciudad de catedrales y grandes edificios rodeada de murallas y bastiones, situada en la ribera de una laguna o brazo de mar que tiene una sola entrada muy angosta, por cierto, algo lejos de la ciudad.

Es aquí donde ese viejo lobo de mar, Sir Francis Drake, llevó a cabo una de sus audaces expediciones. En 1586 entró a la laguna con varios barcos que ancló en el extremo de una angosta península que lleva a la ciudad.

Los españoles adivinaron que los británicos desembarcarían y avanzarían a lo largo de la península. Así que colocaron una fuerte barricada a través de ella y la defendieron con arcabuceros y cañones, dando la impresión de haberse hecho inexpugnables.

Pero los británicos al desembarcar, avanzaron sigilosamente y sin hacer fuego, cubriéndose cuando podían y reuniéndose sólo junto a la barricada. A una señal hicieron un violento ataque y cayeron sobre el enemigo con hachas y cuchillos.

Los españoles viendo que sus armas de fuego no les habían servido, simplemente corrieron a la ciudad mientras los británicos los seguían como manada de lobos.

Cuando los defensores trataban de detenerlos, los británicos los hostilizaban con sus armas y así cayó la ciudad.

Drake, con su acostumbrada cortesía, invitó a los principales hombres, concretamente al gobernador y al obispo, a cenar con él, les pidió y obtuvo la suma de 110,000 ducados antes de retirarse.

Drake, como Dick Turpin, Robin Hood y otros héroes-bandoleros, salvaron su reputación siendo amables y generosos al mismo tiempo que valientes.

En otros puntos del Caribe combatió a los españoles, liberó a los nativos que habían sido oprimidos y esclavizados por ellos, ganándoselos. Cuando él capturaba a cualquier español, no lo mataba de hambre ni lo torturaba ni lo ejecutaba, como se acostumbraba en aquel entonces, sino que los trataba humanamente.

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Hombres Valientes
El Capitán Morgan

EL ATAQUE DE MORGAN

Portobello es otro punto interesante del Caribe, fue aquí donde Morgan, otro rover1 británico, desembarcó y atacó la población. Bajo un fuego nutrido construyó escaleras y las colocó contra las murallas, así conquistó la ciudad y la saqueó.

Morgan se hizo famoso por el ataque a Panamá, que estaba en el otro lado del Istmo del mismo nombre. El Istmo de Panamá está cubierto de pantanos y junglas y era un lugar mortal para el hombre blanco, porque la fiebre amarilla los atacaba, matándolos en gran número. Los españoles se las arreglaban para reunir de las minas del país, grandes cantidades de oro y plata en la Ciudad de Panamá, y era entonces enviado en partes a lomo de mula o llamas a través de las junglas y pantanos hasta Portobello, para ser embarcado a Europa.

Tanto Drake como Morgan además de capturar los barcos cargados de tesoros en alta mar, pensaron que sería un buen negocio esperar el paso de las recuas por tierra, obteniendo así un cuantioso tesoro.

Cuando yo estuve allí, fue muy interesante encontrar que el camino de herradura de Panamá a Portobello todavía existía, porque los usuarios de antaño lo habían revestido con grandes piedras y éste era todavía transitable.

Los Scouts Panameños habían hecho expediciones por éste, siguiéndolo gradualmente y cortando la jungla que lo había cubierto en muchos lugares, y así habían visto el mismo camino por el que se transportaba el oro y en el que se desarrollaron los enfrentamientos entre los aventureros británicos y los soldados españoles.

Drake murió en Portobello en 1596. El estaba a bordo de su barco muy enfermo con fiebre, pero no quería rendirse a la enfermedad. Cuando se aproximaban al puerto se puso el uniforme, se ciñó la espada y empezó a subir a cubierta. Pero en la escalera cayó para atrás, la enfermedad lo venció y fue llevado a su camarote donde murió al pie del cañón.

Como él era marino, su tripulación pensó que debía ser enterrado en el mar y no en tierra, así que la flota dio vuelta y arrojaron el cuerpo de Drake por la borda. Entre sus barcos había dos que fueron capturados por los españoles y ambos fueron hundidos en el mismo sitio, uno a cada lado del lugar donde se arrojó el cadáver de Drake, para custodiar su tumba en el fondo del mar.

CÓMO FUE ENGAÑADO DRAKE

La historia del ataque de Drake a la recua que llevaba el tesoro, es interesante y divertida desde el punto de vista Scout. Ya les conté cómo el camino de Panamá a Portobello o Nombre de Dios, en la costa atlántica, atravesaba 20 leguas de jungla y era el camino por el que el tesoro era llevado a lomo de mula para ser embarcado a Europa en los galeones españoles. Drake desembarcó a un grupo de sus hombres para atacar y capturar una de estas recuas. Los llevó en largas y difíciles marchas a través de los pantanos, en los bosques bajo el calor húmedo de esa región, apartados del camino para moverse tan secretamente como era posible y para no dar indicio de su presencia.

Uno de sus espías nativos había averiguado que el guardián del Tesoro de Lima iba a viajar por ese camino desde Panamá, en una noche determinada, con una recua de 14 mulas, de las cuales 8 irían cargadas de oro y una de joyas.

También había otro convoy que llevaba comida y vino a los barcos españoles, así como algo de plata. Drake llevó a sus hombres a un punto adecuado para tender una emboscada a medio camino entre Panamá y el pequeño pueblo de Venta Cruz; allí los escondió en un pastizal, mientras dos o tres exploradores indios salieron a conseguir más información.

De pronto olieron humo. Era el humo proveniente del pedernal de un mosquete. Guiados por ese olor los explorados se arrastraron sigilosamente hasta encontrar a un soldado español dormido en su puesto.

Lo amordazaron para evitar que gritará, lo ataron y se lo llevaron silenciosamente. Drake lo interrogó y obtuvo de él mayor información. Inmediatamente dividió su partida en dos y los puso a ambos lados del camino ligeramente separados, así que si la recua era grande o estaba dividida en dos secciones, podía ser capturada por entero. También si había tiroteo, sus hombres no se dispararían unos contra otros.

Después Drake les puso camisas blancas sobre sus ropas para que pudieran distinguirse del enemigo. Luego todos fueron a sus sitios y se escondieron para esperar el convoy.

De pronto, en el silencio de la noche, oyeron el tintineo distante de las campanas de las mulas y el ruido de los cascos sobre las piedras. A medida que el convoy se acercaba, la emoción de los hombres iba en aumento. Repentinamente en dirección opuesta se oyó aproximarse un solo caballo y un oficial español apareció trotando proveniente de Venta Cruz. Uno de los hombres de Drake, llamado Robert Pike, que había estado agasajándose de más con un poco de Brandy se irguió para ver mejor al que pasaba, sus compañeros lo jalaron rápidamente, pero el jinete era también un buen explorador.

Él vio al hombre vestido con ese curioso atuendo e inmediatamente sospechó que algo andaba mal. En lugar de detenerse y regresar, se apresuró a encontrar la recua cuyas campanas también había oído.

Los piratas escuchaban ansiosamente, no sabiendo si él los había visto o no; pero para su consuelo las campanas de las mulas seguían tintineando. Las mulas se acercaban más y más hasta que se bosquejaron en la oscuridad con su carga en el lomo. Caminaban directamente hacia la emboscada.


El Caribe, presentando puertos marítimos, etc.

Entonces sonaron los silbatos de los oficiales y los hombres rápidamente se apoderaron de las mulas y sus conductores. Ninguno escapó. Los piratas las descargaron y presurosamente desgarraron los bultos, sólo para encontrar lana, carne seca, pan y vino. ¡Sólo dos de los bultos tenían un poco de plata! ¡El maravilloso cargamento de oro y joyas por el cual habían luchado tanto no estaba allí!

Entonces Drake se acercó a los conductores de las mulas y los interrogó, finalmente le dijeron que el oficial del caballo había cabalgado hasta su jefe y lo había prevenido de que acababa de ver un hombre oculto en la maleza que vestía una camisa blanca.

Los nativos no usaban camisas blancas. Ningún español se escondería a media noche. Las camisas blancas eran usadas generalmente por los que hacían ataques nocturnos. Así que atando cabitos, habían llegado a la conclusión de que se había tendido una emboscada a la recua.

En aquel momento la recua estaba dividida en dos, la de adelante que llevaba el oro y el tesoro, la otra con vituallas para la navegación.

El jefe detuvo a la primera parte de la recua y a la segunda le ordenó proseguir como si nada hubiera pasado para ser capturados si se trataba de una emboscada. Si todo era una falsa alarma, las mulas con el tesoro la seguirían después de un rato.

Este plan fue llevado a cabo, y en cuanto el jefe oyó el ruido del ataque de los piratas a la primera parte de la recua, silenciosamente hizo volver a la mulas para dirigirse con presteza a Panamá.

ENGAÑADO PERO NO DERROTADO

Drake había sido engañado, ¿pero ustedes creen que se alteró por esto?. Nada de eso. Él era un scout. Cuando los golpean en un punto, los scouts no se rinden; buscan otro. Nunca digas me muero, hasta que estés muerto, es su lema, ¿o no? Drake, en esta ocasión, comprendió que no tenía caso perseguir las mulas hasta Panamá, donde todos estarían listos para resistirlos.

No tenía caso regresar a los hombres a los barcos con las manos vacías después de todas las penalidades, así que de inmediato formuló un nuevo plan.

Permitió a sus hombres comer las provisiones que habían encontrado en la recua y luego montándolos en las mulas capturadas los convirtió de marinos en dragones y cabalgaron en dirección de Venta Cruz. Al amanecer llegó cerca del pueblo.

De nuevo el olor del humo percibido por sus exploradores, pronto supo que la guarnición había recibido la voz de alarma y los esperaban entre la maleza en las afueras del pueblo.

Drake hizo desmontar a sus hombres y sigilosamente los llevó muy cerca de la posición enemiga. Entonces él salió a descubierto y pidió al comandante español que le permitiera entrar al pueblo.

Como el comandante rehusó, Drake disparó su pistola y los españoles que estaban escondidos pensaron que esto era la señal de su comandante para abrir fuego, lo que hicieron a pesar de que no podían ver más enemigos que a Drake.

Él sufrió dos o tres heridas, pero éstas fueron minucias que no parecieron afectarle mucho. Él se había arriesgado así para atraer el fuego de los españoles. Fue un acto arriesgado muy típico de Drake, que llevó a cabo él mismo; como un verdadero Scout, nunca pidió a otro hacer lo que no haría él por sí mismo.

Lo bueno fue que los españoles habían descargado sus armas y antes que tuvieran tiempo de recargar sus viejos arcabuces, salieron los hombres de Drake con hachas y cuchillos.

Los españoles, incapaces de disparar, se retiraron rápidamente a la seguridad de las murallas, pero los piratas los siguieron tan de cerca que se metieron al pueblo junto con ellos, antes de poder cerrar las puertas y así capturaron la plaza.

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1 B.P. usa la palabra rover (con minúscula) traducida como aventurero. Rover (con mayúscula) se refiere a Rover-Scout.
De igual manera Scout (con mayúscula) lo traduzco Scout y scout (con minúscula), explorador. (N. del T.)  Regresar